El Mundo De Sofia
La filosofía científica de Berkeley ha sido bautizada como empirista, positivista instrumentalista, fenomenológica y teísta. Naturalmente, tales categorías no existían en su tiempo y me gustaría creer que el propio Berkeley lashubiera rechazado como superficiales y estrechas. Pero en nuestra época, la proliferación de distintas posturas filosóficas sobre la ciencia, con su amplia y generosa diversidad, ha justificado el desarrollo de una rica y original taxonomía para denominar a cada una de las nuevas "escuelas". Cuando se examina el pensamiento filosófico original de Berkeley (así como el de cualquier otro científico ofilósofo del pasado), conviene hacerlo tomando en cuenta las categorías importantes en su propio tiempo.
La filosofía de la ciencia de Berkeley se deriva de su epistemología, que no requiere del andamiaje metafísico necesario para demostrar la existencia de Dios: como buen idealista, postula que nuestras experiencias de los fenómenos reales sólo son secuencias de ideas que ocurren en la mente, sinrelación causal alguna con el mundo exterior; como buen fenomenólogo, señala que la "negrura" de la noche o el sabor de un dulce son los únicos objetos del conocimiento; como buen instrumentalista, critica a Newton por su transformación de términos matemáticos en entidades "reales", señalando que el propio Newton había dicho que una cosa era formular correlaciones matemáticas que incluían fuerzas yotra totalmente distinta era intentar descubrir la naturaleza "real" de tales fuerzas. Se trata de un caso típico de reedificación de entidades puramente matemáticas, como faenas "atractivas", "cohesivas" o "disolutivas". Por lo tanto, puede decirse que la posición de Berkeley ante las leyes de la mecánica newtoniana era claramente idealista, fenomenológica, instrumentista y positivista. En suesfuerzo por establecer una teoría racional del conocimiento totalmente consistente, Berkeley sacrificó su credibilidad. Al enterarse el doctor Johnson, durante un paseo con su sempiterno secretario Boswell, de que Berkeley negaba la existencia del mundo exterior, pateó una gran piedra mientras decía: "¡Así es como lo refuto!" A pesar del peso histérico de esta anécdota, el irascible doctor...
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