El Nazareno De Caguach Tres Movimientos Guido Guarda

El Nazareno de Caguach.
PRIMER MOVIMIENTO.
Hubo un tiempo donde sólo el viento era el responsable de los hombres. Los hombres disfrutaban de su libre albedrío, claro, pero eran las velas de las naves quienes guiaban siempre la vida hacia un movimiento perpetuo, hasta poder encontrar regazo en algún buen puerto. Los canales del Sur de América siempre estuvieron en conflicto por esa sencillarazón; el viento nunca escaseaba demasiado. En eso estaba el mundo cuando aparecieron quince franciscanos impulsados por las velas y el viento, para misionar en distintos lugares del Archipiélago de Chiloé. El Capitán de este ejército, Fray Hilario Martínez cayó en Tenaún, tomando responsabilidad de Mechuque y Las Chauques, un pequeño archipiélago de islas colindantes.
Lo cierto es que estas tierras yahabían expulsado a los anteriores misioneros del lugar; los Jesuitas habían sido abatidos por la resistencia a una fe extranjera y al fortalecimiento de algunas asociaciones de brujos de las cercanías. Sin embargo el paso del tiempo les había dado ventaja a los nuevos misioneros ya que la fe se había inscrito profundamente en el alma de los chilotes, volviendo a los franciscanos verdaderosemperadores de estas nuevas tierras conquistadas.
Luego de que Fray Hilario Martínez se ganara el respeto de los pobladores y estableciera la organización más cómoda para él, decidió partir nuevamente de la mano de las velas y el viento hacia Perú, de donde regresa con un grupo de Imágenes, entre ellas la de El Nazareno. Hilario sabía que a los chilotes se les embelesaba mediante el arte, y tambiénhabía aprendido de los Jesuitas que el arte de las Imágenes era particularmente efectivo para ganarles su fe, acto que era el principal objetivo de todo misionero. Ese fue el momento en que por primera vez el Nazareno tocaba puerto en Chiloé luego del impresionante viaje oceánico comprometido, hasta las lejanas tierras de Tenaún.

SEGUNDO MOVIMIENTO.
El tiempo pasó y el viento nunca dejó de soplar,sino al contrario, siempre estuvo susurrando o augurando los caminos que todo hombre debiese enfrentar alguna vez en la vida. Hablo de esos momentos que te sacuden por dentro, esos momentos que se vuelven sólo un momento: donde sabes para siempre quién eres y para dónde vas. En eso estaba Fray Hilario Martínez, cruzando los montes como endemoniado, y no hablo de montes especulativos o religiosos,sino de los montes más reales que cualquier persona podría imaginar. La meta era sencilla; encontrar rutas más cortas entre los distintos pueblos para mejorar la comunicación.
En una de estas ocasiones Hilario, junto a su sacristán comenzó a escuchar un susurro como si el viento estuviese narrándoles algún cuento de poco gusto – Brujos, pensó – Pero al disipar la incertidumbre ambos dieron con larazón: una pequeña niña envuelta en trapos negros; una bebé que sin duda había sido abandonada.
La niña nunca fue vista con buenos ojos. Los lugareños más antiguos sentían una rara desconfianza frente a su presencia y siempre la evadían junto a Hilario a momentos de cruzárseles en la calle. Eso tenía en alerta a todo el pueblo incluyendo a Fray Hilario. Sin embargo el tiempo pasó y sus buenasintenciones procuraron que la niña de a poco fuese más aceptada, no sin antes perder él un poco de popularidad. Fue como un intercambio donde él tuvo que desgastarse, para que ella cobrase un cálido brillo.
Una noche sin gloria una noticia tomó las alertas por asalto; la niña había desaparecido. Esa noche todo el pueblo se encendió y todos fueron en su búsqueda. Aún se recuerda como una de lasnoches más largas que ha visto Tenaún desde sus inicios, más aún si se piensa en el desenlace. Fray Hilario Martínez desesperanzado volvió a la pesebrera de la iglesia, donde sorprendido vio como a su hija se le desvanecía la vida. Luego de eso quedó hecho un manojo. Él sentía cómo una incertidumbre irreversible se le estaba de a poco alojando en el alma.
Desde ese momento las cosas cambiaron en...