El Ni O Y El Drag N

Prólogo
Solo quedaban dos

Los susurros de las hojas al caer, el sonido del rio al pasar, el cantar del verdeoro, incluso el aletear de una despabilada mariposa, todo, quizás incluso el tiempo, se detuvo cuando luego de cubrir todo con su inmensa sombra, el último dragón Koren Ko se poso en las afueras de la comunidad de mineros más alejada de la civilización, los Terenienses , un puebloubicado al pie de la montaña Li y que producía una extraña aleación de metales muy preciada y ya casi inexistente, para sobrevivir se veían provistos del ganado y de los poco productivos cultivos que lograban sembrar en la meseta al pie de la montaña.
El pueblo vio al dragón, ya lo había visto de lejos un millar de veces, pero nunca tan cerca, y ahora lo estaba, peligrosamente cerca de la aldea. Losdragones Koren Ko fueron los más temibles en su tiempo, seres del tamaño de ciudades, que podían escupir lengüetas de fuego más grandes que la más grande de las montañas, seres endemoniados, que para bien de la gente de el continente llamado Ryena fueron reduciendo su tamaño considerablemente hasta tener menos de la mitad del tamaño que alguna vez tuvieron, finalmente comenzaron a morir, volabanhacia el oeste y nunca más volvían, o simplemente morían desplomándose en sus vuelos, tal fue la reducción del número de los Koren Ko, que solo quedaron dos en toda Ryena y estos dos vivían a los alrededores de la montaña Li. Al llegar la época los dragones se aparearon, pero luego de esto se vieron en una mórbida pelea a muerte que duro tres días con sus tres noches, y que hizo temblar la tierra atiempo que montañas enteras caían bajo la furia de las dos bestias. Contemplar el encuentro habría deslumbrado tanto que ningún mortal habría podido evitar caer en el delirio.
La casi inválida hembra que llevaba en su interior al último de los Koren Ko sobrevivió a la pelea, casi moribunda por el encuentro, y sin poder evitarlo, se derrumbo a solo un par de metros del pueblo Tereniense.I
Supersticiones que solo creen los jóvenes

Elio despertó antes de lo que hubiese deseado, pero fue porque su madre, luego de un sonoro grito de exaltación, corrió a decirle que la acompañara, diciéndole que debía salir “a verlo”, que estaba cerca, tan cerca como nunca lo había estado.
_ ¿No puede esperar? – mascullo mientras hacia un vano intento por levantarse.
_ ¡No! – el rostro de sumadre era una mezcla de emoción y terror – ¡Podría irse en cualquier momento! – dijo antes de tomarle el brazo y obligar a levantarse a su pequeño hijo.
_ Pero si no ha acabado de salir el sol…– pensó un poco antes de seguir, hacia unos días había comenzado a aprender los momentos del día con el sacerdote Terlen y debía comenzar a usar el vocabulario–…no termina…el “ascenso”…si, el ascenso – sesonrió a sí mismo, felicitándose por recordarlo.
Aun así, sin ni si quiera cambiarse, salió de su hogar. Parecía no haber absolutamente nadie en la aldea, lo que sorprendió a Elio pero su madre le señalo a su derecha, rumbo al sur, allí, donde las casas terminaban y se extendía un inmenso pastizal estaba lo que parecía ser todo el pueblo tereniense, observaban algo que debía estar aún más al sur, peroElio no podía ver, la pequeña barrera que formaba la gente se lo impedía, y él era solo un niño, no llegaba a alcanzar la altura del hombro de su padre, era muy pequeño. Su madre le tomo la mano y juntos caminaron hacia la pequeña multitud. Al llegar, comenzaron a abrirse espacio entre el gentío, siempre tomados de la mano. Cuando llegaron al frente de todos, Elio encontró a su padre unoscentímetros más adelantado que el resto del pueblo. Soltó a su madre y fue con él. Alzó el rostro como si quisiera mirar al cielo y entonces pudo ver a su padre, era el “líder del pueblo”, quien organizaba todo, un hombre de anchos hombros y robustos brazos, que en ese momento tenía una expresión de suma consternación. Sus ojos brillaban como si observaran un precioso diamante, y su boca estaba...