El Principe Feliz
“Porque fui humano e insensible, y ahora que soy una estatua ya no puedo ayudar a la gente. ¡Hazlo tú!
Visitaa la pobre costurera, pues su hijo está enfermo y sólo le da agua. Entrégale el rubí de mi espada”.
El ave debía partir, pero lo obedeció y fue feliz. “Quédate-reiteró- y dale un zafiro de mis ojos al escritor, pues quizás no pueda llevar su obra al director de teatro”.
La golondrina pospuso así su vuelo a Egipto. “Unaniña llora -dijo la estatua-, pues ha perdido los fósforos que vende y su padre la reñirá; ve y dale otro zafiro de mi vestimenta”. Al quedar ciego ella ya no semarchó. “Dona mis placas de oro a los pobres” -ordenó, y el pueblo lo alabó. Mas volvió el frío, ya no hubo oro y la golondrina enfermó: voló para besar a su amado y allícayó muerta.
El alcalde y su gente se pasmaron al ver a la efigie: “Hay una golondrina muerta, faltan lo zafiros y el rubí del arma” -dijeron.
“Sin oro estaestatua no vale -opinó el alcalde-. ¡Fundidla y erigid la mía!”
En el horno no lograron fundir el corazón del príncipe y lo tiraron al basural, junto con el ave
CuandoDios pidió a un ángel que le trajera las dos cosas más bellas de la Tierra, este volvió con el corazón del príncipe y el cuerpecito de la golondrina.
FIN
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