El reino de este mundo

Páginas: 121 (30079 palabras) Publicado: 20 de octubre de 2014
Alejo Carpentier El Reino De Este Mundo Lo que se ha de entender desto de convertirse en lobos es que hay una enfermedad a quien llaman los mdicos mana lupina (Los trabajos de Persiles y Segismunda. A fines del ao 1943 tuve la suerte de poder visitar el reino de Henr Christophe las ruinas, tan poticas, de Sans-Souci la mole, imponentemente intacta a pesarde rayos y terremotos, de la Ciudadela La Ferrire y de conocer la todava normanda Ciudad del Cabo el Cap Franis de la antigua colonia, donde una calle de largusimos balcones conduce al palacio de cantera habitado antao por Paulina Bonaparte. Despus de sentir el nada mentido sortilegio de las tierras de Hait, de haber hallado advertencias mgicas en los caminos rojos de la Meseta Central, de haberodo los tambores del Petro y del Rada, me vi llevado a acercar la maravillosa realidad vivida a la acotante pretensin de suscitar lo maravilloso que caracteriz ciertas literaturas europeas de estos ltimos treinta aos. Lo maravilloso, buscado a travs de los viejos cliss de la selva de Brocelianda, de los caballeros de la Mesa Redonda, del encantador Merln y del ciclo de Arturo. Lo maravilloso,pobremente sugerido por los oficios y deformidades de los personajes de feria no se cansarn los jvenes poetas franceses de los fenmenos y payasos de la fte foraine, de los que ya Rimbaud se haba despedido en su Alquimia del Verbo. Lo maravilloso, obtenido con trucos de prestidigitacin, reunindose objetos que parariada suelen encontrarse la vieja y embustera historia del encuentro fortuito del paraguasy de la mquina de coser sobre una mesa de diseccin, generador de las cucharas de armio, los caracoles en el taxi pluvioso, la cabeza de len en la pelvis de una viuda, de las exposiciones surrealistas. O, todava, lo maravilloso literario el rey de la Julieta de Sade, el supermacho de Jarry, el monje de Lewis, la utilera escalofriante de la novela negra inglesa fantasmas, sacerdotes emparedados,licantropas, manos clavadas sobre la puerta de un castillo. Pero, a fuerza de querer suscitar lo maravilloso a todo trance, los taumaturgos se hacen burcratas. Invocado por medio de frmuas consabidas que hacen de ciertas pinturas un montono baratillo de relojes amelcochados, de maniques de costurera, de vagos monumentos flicos, lo maravilloso se queda en paraguas o langosta o mquina de coser, o loque sea, sobre una mesa de diseccin, en el interior de un cuarto triste, en un desierto de rocas. Pobreza imaginativa, deca Unamuno, es aprenderse cdigos de memoria. Y hoy existen cdigos de lo fantstico, basados en el principio del burro devorado por un higo, propuesto por los Cantos de Maldoror como suprema inversin de la realidad, a los que debemos muchos nios amenazados por ruiseores, o loscaballos devorando pjaros de Andr Masson. Pero obsrvese que cuando Andr Masson quiso dibujar la selva de la isla de Martinica, con el increble entrelazamiento de sus plantas y la obscena promiscuidad de ciertos frutos, la maravillosa verdad del asunto devor al pintor, dejndolo poco menos que impotente frente al papel en blanco. Y tuvo que ser un pintor de Amrica, el cubano Wilfredo Lam, quien nosenseara la magia de la vegetacin tropical, la desenfrenada Creacin de Formas de nuestra naturaleza con todas sus metamorfosis y simbiosis, en cuadros monumentales de una expresin nica en la era contempornea. Ante la desconcertante pobreza imaginativa de un Tanguy, por ejemplo, que desde hace veinticinco aos pinta las mismas larvas ptreas bajo el mismo cielo gris, me dan ganas de repetir una frase queenorgulleca a los surrealistas de la primera hornada Vous qui ne voyes pas, pensez a ceux qui voient. Hay todava demasiados adolescentes que hallan placer en violar los cadveres de hermosas mujeres recin muertas (Lautreamont), sin advertir que lo maravilloso estara en violarlas vivas. Pero es que muchos se olvidan, con disfrazarse de magos a poco costo, que lo maravilloso comienza a serlo de...
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