El tipo que sabia mirar
Fue un luchador popular todo formato, un poeta mediano, un ensayista frondoso. Si no fuera una tropelía podríadecirse que por ver grande a su patria, él luchó con la espada, con la pluma y la palabra. Su mayor legado, a más de tres décadas, es su prosa cimarrona e inigualada. Acuñó multitud deconceptos-consignas que perduran y que hasta perdieron su rúbrica. “El estatuto legal del coloniaje”, “el medio pelo”, “las zonceras argentinas” conservan fuerza, tienen sentido unívoco y capacidad de transmisión. Esaaptitud para el panfleto, un género nada menor si se lo emprende bien, no debería inducir a suponerlo una suerte de creativo publicitario nac & pop, un simplificador nato. La consigna, el arquetipoeran la culminación de análisis elaborados, de debates implacables, de lecturas surtidas y pasionales.
Bruloteaba de lo lindo, previa inspección a fondo de sus blancos. Miraba antes de disparar, vayasi miraba. Sus batallas siguen siendo divertidas. Repasemos un puñado entre cientos. Diseccionó un best seller de Beatriz Guido (El incendio y las vísperas) hoy prolijamente olvidado, para probar el“quiero y no puedo” de las clases medias.
Se la tomó con la arrogancia de Sarmiento, que se jactaba de un presentismo perfecto en la escuela primaria en su San Juan natal. Averiguó que cursó menosaños de los que narró. Y, de paso, desnudó el mito del niño que iba al colegio lloviera o tronara recordando que en San Juan casi no cae una gota durante el período lectivo.
Indagó sobre un clásicoantirrosista, un poema en el cual José Mármol le perdonaba “como hombre mi cárcel y cadenas/pero como argentino, las de mi patria no”. Demostró que Mármol casi no estuvo en cana y sólo por...
Regístrate para leer el documento completo.