El Umbral

Páginas: 8 (1785 palabras) Publicado: 28 de junio de 2012
El hombre en el umbral
Bioy Casares trajo de Londres un curioso puñal de hoja triangular y empuñadora en forma de H; nuestro amigo Christopher Dewey, del Consejo Británico, dijo que tales armas eran de uso común en el Indostaní. Ese dictamen lo alentó a mencionar que había trabajado en aquel país, entre las dos guerras (Ultra Auroram et Gangen, recuerdo que dijo en latín, equivocando un verso deJuvenal). De las historias que esa noche contó, me atrevo a reconstruir la que sigue. Mi texto será fiel: líbreme Alá de la tentación de añadir breves rasgos circunstanciales o de agravar, con interpolaciones de Kipling, el cariz exótico del relato. Este, por lo demás, tiene un antiguo y simple sabor que sería una lástima perder, acaso el de las Mil y una Noches.
*
“La exacta geografía de loshechos que voy a referir importa muy poco. Además, ¿qué precisión guardan en Buenos Aires los nombres de Amristsar o de Udh? Básteme, pues, decir que en aquellos años hubo disturbios en una ciudad musulmana y que el gobierno central envió a un hombre fuerte para imponer el orden. Ese hombre era escocés, de un ilustre clan de guerreros, y en la sangre llevaba la tradición de violencia. Una sola vezlo vieron mis ojos, pero no olvidaré el cabello muy negro, los pómulos salientes, la ávida nariz y la boca, los anchos hombros, la fuerte osatura de viking. David Alexander Glencairn se llamará esta noche en mi historia; los dos nombres conviene, porque fueron de reyes que gobernaron con un cetro de hierro. David Alexander Glencairn (me tendré que habituar a llamarlos alí) era, lo sospecho, unhombre temido; el mero anuncio de su advenimiento bastó para apaciguar la ciudad. Ello no impidió que decretara diversas medidas enérgicas. Unos años pasaron. La ciudad y el distrito estaban en paz: sikhs y musulmanes habían depuesto las antiguas discordias y de pronto Glencairn desapareció. Naturalmente, no faltaron rumores de que lo habían secuestrado o matado.
Estas cosas las supe pormi jefe, porque la censura era rígida y los diarios no comentaron (ni siquiera registraron, que yo recuerde) la desaparición de Glencairn, tal vez ominipotente en la ciudad que una firma al pies de un decreto le destinó, era una mera cifra en los engranajes de la administración del Imperio. Las pesquisas de la policía local fueron del todo vanas; mi jefe pensó que un particular podría infundirmenos recelo y alcanzar mejor éxito. Tres o cuatro días después (las distancias en la Indica son generosas) yo fatigaba sin mayor esperanza las calles de la opaca ciudad que había escamoteado a un hombre.
Sentí, casi inmediatamente, la infinita presencia de una conjuración para ocultar la suerte de Glencairn. No hay un alma en esta ciudad (pude sospechar) que no sepa el secreto y que no hayajurado guardarlo. Los más, interrogados, profesaban una ilimitada ignorancia; no sabían quién era Glencairn, no lo habían visto nunca, jamás oyeron hablar de él. Otros, en cambio, lo habían divisado hace un cuarto de hora hablando con Fulano de Tal, y hasta me acompañaban a la casa en que entraron los dos, y en la que nada sabían de ellos, o que acababan de dejar en ese momento. A alguno de esosmentirosos precisos le di con el puño en la cara. Los testigos aprobaron mi desahogo, y fabricaron otras mentiras. No las creí, pero no me atreví a desoírlas. Una tarde me dejaron un sobre con una tira de papel en la que había unas señas...
El sol había declinado cuando llegué. El barrio era popular y humilde; la casa era muy baja; desde la acera entreví una sucesión de patios de tierray hacia el fondo una claridad. En el último patio se celebraba no se que fiesta musulmana; un ciego entró con un laúd de madera rojiza.
A mis pies, inmóvil como una cosa, se acurrucaba en el umbral un hombre muy viejo. Diré como era, porque es parte esencial de la historia. Los muchos años lo habían reducido y pulido como las aguas a una piedra o las generaciones de los hombres a una...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • umbral
  • UMBRALES
  • Umbral
  • Umbral
  • umbrales
  • UMBRALES
  • Umbral
  • El Umbral Del Sufrimiento

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS