EL VENDEDOR DE ECOS

Páginas: 12 (2797 palabras) Publicado: 9 de marzo de 2015
EL VENDEDOR DE ECOS
¡Desdichado caminante! Su actitud humilde, su mirada triste, su ropa, de buena tela y buen corte, pero hecha jirones —último resto de un antiguo esplendor—, conmovieron aquella cuerda, solitaria y perdida, que llevo en lo más oculto de mi corazón, desierto ahora. Vi la cartera que el forastero tenía bajo el brazo y me dije: —¡Contempla, alma mía! ¡Has caído una vez más en lasgarras de un viajante de comercio! ¿Cómo librarme de él? ¡Vano intento! ¿Quién se libra de ninguno de ellos? Todos tienen un no sé qué, algo misterioso que interesa. No me di cuenta de la agresión; recuerdo sólo el momento en que era todo oídos, todo simpatía para escuchar las palabras del hombre de la cartera. Su narración comenzaba así: —Era yo muy niño, ¡ay!, cuando quedé huérfano de padre ymadre. Mi tío Ituriel era bueno y afectuoso. En él encontré un tierno apoyo. Era el único pariente con que yo contaba en esta inmensa soledad de la tierra. Mi tío poseía bienes de fortuna y disponía de ellos generosamente. No sólo me educó, sino que satisfizo todos mis deseos, o, por lo menos, me proporcionó los goces que pueden comprarse con oro. "Terminados mis estudios, partí para hacer un viajepor el extranjero. Iba acompañado de un secretario y de un ayuda de cámara. Durante cuatro años, mi alma sensible fue una mariposa que revoloteó por los jardines maravillosos de las playas lejanas. ¿Me perdonará usted el empleo de esta expresión? Soy un hombre que siempre ha hablado el lenguaje de la poesía. En esta ocasión me siento más libre para hablar así, porque en los ojos de usted adivinouna chispa de fuego divino. Viajando por los países lejanos, mis labios probaron la ambrosía encantadora que fecunda el alma, el pensamiento y el corazón. Pero lo que, sobre todo, me interesó, lo que solicitó el amor que mi naturaleza tributa a lo bello, fue la costumbre que tienen los ricos de coleccionar objetos elegantes y raros. Y así fue como en una hora funesta sugerí a mi tío Ituriel laidea de que se dedicara al pasatiempo exquisito del coleccionista. "Le escribí una carta en la que mencionaba la colección de conchas formada por un caballero, y otra de pipas de espuma de mar. Refería mi visita a un nabad que tenía millares de autógrafos indescifrables, de esos que adora un espíritu naturalmente dispuesto a las cosas nobles. Y gradualmente mi correspondencia fue de un interés cadavez mayor, pues no había carta en que no mencionase las chinas únicas, los millones de sellos postales, los zuecos de campesinos de todos los países, los botones de hueso, las navajas de afeitar... Tardé poco en darme cuenta de que mis descripciones habían producido los frutos que yo esperaba de ellas. Mi tío empezó a buscar un objeto digno de interesarle como coleccionista. Usted sabe, sin duda,la rapidez con que se desarrolla un gusto de este género. El de mi tío no fue gusto; fue furor, antes de que yo tuviese conocimiento exacto de los avances de aquella pasión dominadora. Supe que mi tío no se ocupaba ya en su gran establecimiento para la compra y venta de puercos. Pocos meses después se retiraba de los negocios, no para descansar, no para recibir el premio de sus afanes, sino paraconsagrarse, con una rabia delirante, a la busca de objetos curiosos. He dicho que mi tío era rico; pero debo agregar que era fabulosamente rico. Puso toda su fortuna al servicio de la nueva afición que lo devoraba. Comenzó por coleccionar cencerros. En su casa, que era inmensa, había cinco salones llenos de cencerros. Se diría que en aquella colección había ejemplares de todos los cencerros delmundo. Sólo faltaba uno, modelo antiquísimo, propiedad de otro coleccionista. Mi tío hizo ofertas enormes por ese precioso cencerro; pero el rival no quiso desprenderse de su tesoro. Ya sabe usted la consecuencia de esto. Colección incompleta es colección enteramente nula. El verdadero coleccionista la desprecia; su noble corazón se despedaza; pero, así y todo, vende en un día lo que ha reunido en...
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