Ella

Ella.

Cayó al suelo de improviso, con la respiración cortada por el golpe y el saco que cubría su cabeza. Mientras el dolor se esparcía por su torso, su mente trataba de librarse de la confusión. Intentó moverse, pero sus manos estaban atadas en su espalda contra sus tobillos, inmovilizándole. Sintió un jalón desde su nuca, la presión de una mano, y luego otro golpe, violento, contra elsuelo.
-Deja de quejarte- dijo la voz.

Ellas estaban sentadas en la sala de la facultad, esperando la clase. Ya todos hacían ingreso y buscaban lugares en los que sentarse. El profesor ingresó a la sala, con sus saludos cargados de demasiada energía para una clase tan aburrida. Comenzó pasando la asistencia, pronunciando nombre por nombre. Ellas se dieron cuenta de que su amiga no habíacontestado la lista; no estaba en la sala
-¿Dónde se habrá metido? ¿No dijo que iba al baño?
-Quizás se fue por la cañería para abajo-contestó la otra
Rieron. La clase continuó y llegó a término sin que nadie más ingresara en la sala

Le arrastraban por el suelo. La mano que le azotase contra el cemento antes ahora iba asida al saco, jalándole como a un despojo. Sus pensamientos eran una extrañamasa amorfa de dolor y nauseas. Un sabor metálico le llenaba la boca, mientras escuchaba el monótono sonido de los pasos de su captor junto al siseo de su cuerpo deslizándose. El avance se detuvo, y su cabeza cayó nuevamente luego que de un tirón le arrancasen el saco. El suelo estaba frío. Aquel lugar parecía oscuro, y desolado. Una suave luz amarillenta mal iluminaba la zona, perfilando apenasunos largos mesones en los que parecían asomarse objetos afilados y puntiagudos, observando como gárgolas el cuerpo que yacía en el suelo. Vomitó, sin entender que pasaba, sintiendo el temor clavándose en su pecho. El mundo comenzó a girar velozmente, desvaneciéndose.
-No es tiempo de dormir,- dijo la voz, mientras algo punzante se clavaba en su cuello- he hecho esta fiesta exclusivamente para ti.Sus sentidos retornaron de golpe, a la vez que el objeto se retiraba de su cuello. El sujeto, la voz, caminó hacia los mesones mientras arrojaba lejos la jeringa vacía.

Ella estaba en el lavamanos, en el baño de la facultad, mirándose en el espejo. Era joven y hermosa, con el cabello largo y su pálida piel haciendo juego con una sonrisa radiante. Aún quedaba tiempo antes de que iniciarala clase, así que abrió su cartera y repasó un poco su maquillaje. Sacó su celular, y comenzó a responder un mensaje de texto cuando una mano le cubrió el rostro.

Había perdido varios dientes, y probablemente su nariz debía de estar rota debido a lo mucho que le costaba respirar. Intentó hablar, pero lo único que brotó de su garganta fue un sonido más animal que humano, acompañado de otraoleada de dolor desde su mandíbula. Un golpe le llegó desde el costado
-No seas impaciente,- dijo la voz, luego de la patada- estoy formando a los invitados para que te saluden.
Alzó la vista cuanto pudo, y vio como su captor sostenía distintos tipos de ganchos y cuchillos.

La ceremonia hubiese sido silenciosa, de no haber sido por las lágrimas. Los parientes enlutados ocultaban sus rostrostras sus manos o se afirmaban en sus cercanos para no mostrar el llanto que los embargaba. Hubo algunas palabras de consuelo, pero la tristeza se impuso con su manto de sollozos y silencio. Y en silencio fue entregado su delicado cuerpo al campo santo, sin vida, mientras su familia gemía por una justicia que no llegaba.

Los cuchillos iniciaron su danza, calmados. Luego vinieron algunoselementos aguzados que se clavaron debajo de las uñas de pies y manos. Después, un martillo se encontró con sus las articulaciones, dejando el eco de un crujido tras cada golpe. El rojo era el color de la fiesta, del cual estaban manchados todos los invitados, y también el anfitrión, que se encargaba de vestirlos consigo mismo.
-Mira,- dijo la voz, colocando un viejo periódico doblado frente a los...