Emilia Castorina

“Trabajo presentado para el V Congreso Nacional de Ciencia Política – Sociedad Argentina de Análisis Político- del 14 al 17 de Noviembre de 2001”

Castorina, Emilia
25. 097. 680 e-mail: ferk@danysoft.com.ar tel: 4772 – 8395 o 2899 – 0743 C.P – UBA (Ciencia Política – Universidad de Buenos Aires)

PANEL Opción I: Yanuzzi, “Conflicto y Gobernabilidad” Opción II: Claudia Hilb, “La Modernidadpolítica y sus encrucijadas” Opción III: Joaquín Migliori, “Crisis y perspectiva de la relación ética y política”

TITULO: Los Orígenes agustinianos del realismo político.

Los orígenes agustinianos del realismo político

Introducción

Gran parte de la historia de la teoría política está atravesada por una preocupación central: cuáles son los principios sobre los cuales puede sustentarse ylegitimarse un orden político. En este sentido, si bien las respuestas a esta problemática han sido de lo más variadas a lo largo de la historia de las ideas políticas, podríamos agruparlas dentro de dos tipos: “idealistas” y “realistas”. Los términos “idealismo” y “realismo” no son análogos en teoría política y metafísica, y ciertamente no son tan precisos en la primera como en la segunda. Enteoría política, “realismo” denota la disposición a tomar en cuenta todos los factores presentes en una situación política y social, especialmente los factores de poder y autointerés.( Niebuhr, 1995) En palabras de un notable “realista”, Maquiavelo, el propósito del realista es “ir tras la verdad efectiva de las cosas más que su apariencia”, y mirar con desconfianza a todos aquellos que “se hanimaginado como verdaderos a repúblicas y principados que nunca han visto ni conocido” (El Príncipe, XV). Esta definición de realismo implica que los idealistas (los platónicos, los cristianos y buena parte del humanismo renacentista) están sujetos a ilusiones respecto de las realidades sociales. En efecto, el “idealismo”, privilegia los ideales y las normas morales más que el autointerés a la hora deanalizar una realidad social y política. En palabras de sus críticos, es la disposición a ignorar o ser indiferente a las fuerzas humanas que van en contra de la validez universal de las normas e ideas. En definitiva, los términos “realista” e “idealista” enfatizan, no tanto una doctrina, como una disposición a tomar o no en cuenta los variados intereses y fuerzas presentes en una situación social.(Niebuhr, 1995) Ahora bien, es casi un lugar común dentro de la teoría política afirmar que de Maquiavelo a Hobbes comienza un movimiento de “destrascendentalización” del orden político en la medida en que se traslada la pregunta por el origen y los principios trascendentes o extra-políticos que hacen legítimo un gobierno hacia la pregunta que sitúa el problema de la gobernabilidad en sucapacidad de legitimarse, de crear un orden efectivo. Esto es, teniendo en cuenta la naturaleza conflictiva del hombre, el buen orden

es el que expresa y contiene la naturaleza humana tal como es y no como debería ser. En otras palabras, el buen orden no es el que realiza o armoniza una Idea de Bien que se sitúa por fuera de la política, muy por el contrario, el buen orden es el que logra mantenersecomo tal y legitimarse en su capacidad de suscitar obediencia; de donde se sigue que la conservación del Estado pasa más bien por la comprensión de la gramática elemental de los asuntos humanos que de ciertos principios morales universales. Por tal motivo, se ha tildado de “realistas” a estos autores porque han desligado la virtud política de toda connotación moral en clara ruptura con la nociónclásica de virtud. El objetivo de este trabajo es situar dentro de este esquema de la historia de las ideas políticas a Agustín como el primer gran “realista” de la historia de occidente. Se ha merecido esta distinción porque su cuadro de la realidad social descrito en La Ciudad de Dios da cuenta de las facciones sociales, la tensiones y la competencia por el poder en oposición a la era clásica...