ensayo prostitución

Muchas veces hemos oído los medios de comunicación hablar de la prostitución y de las leyes que el gobierno hace en su contra o a su favor cada vez que hay elecciones. Demasiadas veces hemosoído que las prostitutas són un mal para la sociedad y que los que recurren a ellas están enfermos, són unos pervertidos, no pueden conseguir a ninguna chica por si solos... Pero, ¿nos hemos parado nuncaa pensar en lo que esas personas contribuyen a la comunidad?, ¿nos hemos planteado nunca cómo se sienten con el trabajo que hacen y si realmente no tienen otra salida?
Hay tantas preguntas sinrespuesta que se refieran a esta profesión que nunca acabaríamos si quisiéramos comentarlas todas. Por eso, hoy voy a centrarme en una que despierta bastante polémica y que, sin duda, escandalizaría amás de uno: ¿por qué ilegalizar la prostitución?

Estoy segura que todos los que lean este texto saben las condiciones en las que las prostitutas trabajan, o, al menos, se las imaginan: lacalle, coches, hoteles que nadie conoce y burdeles de incógnito, siempre atentas a la policía y obligadas a seguir con la vida que llevan por sus deudas o sus 'chulos' (los proxenetas que hay detrás deellas), que las explotan y ganan dinero utilizando el cuerpo de ellas. Incluso puede que a algunos de los lectores les den pena o que piensen que si no se han escapado ya de ese mundo, es porque noquieren, que podrían ser 'mujeres normales' con sólo un poco de esfuerzo.Pues bien, esto no es completamente cierto. Las prostitutas son mujeres como las demás, han sido niñas, tienen hijos, famílias yun trabajo que, muchas de ellas, han escogido por propia voluntad, y, con el paso del tiempo, envejecerán y se volverán ancianas como todo el mundo. Decídme, por favor, cuál es la diferencia entreellas y cualquier otra mujer, porque yo no sé o no quiero verla.
Y entonces, digo yo, si ellas són igual que las otras mujeres, ¿por qué no debería su trabajo ser considerado igual que los otros?...