Ensayo sobre el libro Crónicas de una muerte anunciada

¿Pueden los prejuicios y la indiferencia social ser excusa suficiente para justificar la muerte?

En el pequeño pueblo donde vivía Santiago Nasar, parece que sí. Pues casi todos los habitantes conocían las intenciones de los hermanos Vicario, de acabar con la vida de Nasar. Pero aún así la gran mayoría prefirió hacerse de la vista gorda y sólo sentarse cómodamente cual un espectador de cine,a esperar la trágica consumación de aquel crimen. El texto muy bien escrito por Gabriel García Márquez, pone en evidencia un conjunto de prejuicios y estigmas sociales que intentaré desglosar en las próximas líneas. Ahondando un poco más en el hecho de que la muerte de Santiago Nasar dentro de ese pueblo, fue justificada por un “asunto de honor” y es precisamente esa doble moral la que hoy en díano es una mera ficción de literatura, sino que vivimos en una sociedad llena de prejuicios y contradicciones absurdas. De allí radica la importancia en analizar si ¿Puede los prejuicios y la indiferencia social ser excusa suficiente para justificar la muerte?

Uno de los aspectos que vale destacar es el hecho de que el pobre Santiago Nasar parece también haber sido víctima del destino, pues elconjunto de hechos que se desarrollaron a lo largo de la historia evidenciaron que la casualidad pareció haberse asociado al destino fatídico de aquel joven alegre. Ya que a la inoperancia y pasividad de la mayoría de los habitantes del pueblo, vino a sumarse una serie de casualidades que considero le pusieron en bandeja de plata la cabeza de Santiago a los hermanos Vicario. Es en momento comoéste, donde viene a mi mente un dicho frecuentemente por mis padres “Cuando no te toca ni que te pongan, pero cuando te toca ni te quiten” y resulta muy cierto si lo llevamos a nuestra realidad, pues sé de casos que hasta tomando agua los ha encontrado la muerte y otros en cambio son alcanzado por varias balas y logran escabullirse de ella. Un tanto irónico no se puede negar.

Por otro lado, ladoble moral de aquel pueblo mojigato, que minutos antes de presenciar el crudo y horrible asesinato de Santiago Nasar, expuso sus mejores ejemplares para desvivirse en atender a un Obispo que aunque muy lejos tiene de ser santo. Contaba con la devoción incondicional de un pueblo que alardea con derroche su “devoción y fe” pues cree que el recibimiento ostentoso de aquel clérigo arrogante ymalagradecido les daría un aire bendito, quizás muchos pensaron que hasta se podrían limpiar algunas conciencias. Este particular es un hecho que desde hace algunos años he venido observando dentro de la religión (sea cual sea). Pues hay una gran cantidad de personas que parece querer demostrar la “nobleza de su alma”, a través de donaciones a iglesias o instituciones de caridad, y allí no radica elproblema, sino en el hecho de que esas mismas personas que predican y aparentan una cosa, muchas veces son las peores verdugos, pues se creen con derecho de juzgar lo bueno y lo malo y hacer largos vestidos de chismes durante las tarde de té.
En otro orden de ideas, en algunas partes del texto se asoma la posibilidad de que Santiago Nasar no fue quien “desvirtuó” a Ángela Vicario y esto loconsidero sumamente grave. Ya que esa supuesta verdad contada por Ángela en medio de los golpes de la madre y el acoso de los hermanos, condenó trágicamente la vida de Santiago. Es aquí donde podemos detenernos a reflexionar sobre el peso de las acusaciones que hacemos y peor aún las terribles consecuencias que traen consigo las mentiras. La vida prometedora de aquel joven alegre y trabajador semanchó de sangre a causa de la gran mentira de una muchachita que aunque asumió con valentía las consecuencias de haber engañado al esposo y a su familia, actuó de una manera totalmente irresponsable si resultara cierto que acusó a Santiago sólo para encubrir al verdadero amante, además que pensó que por tratarse de un hombre rico sus hermanos no lo tocarían.
Con respecto a la pobre sustentación...