entrevista caram
No puedo estar quieta, es verdad, pero contemplo la historia desde el corazón de Dios.
Y se escapa de la clausura.
Mi claustro es el mundo.
¿Qué hace?
Me levantoa las cinco de la mañana y rezo, voy a misa, leo La Vanguardia... Y, a las nueve y media acudo a la Plataforma de los Alimentos y escucho a la gente.
¿Qué es esa plataforma?
Somos cinco monjitasen mi convento, en Manresa, que empezamos repartiendo bocadillos... y hoy, gracias a 250 voluntarios, ¡damos alimentos a 950 familias necesitadas!
¿Y eso de escuchar?
¡Dar no es sólo repartirbolsas de comida, es escuchar!
¿Qué le cuentan?
Hoy ha venido otra persona a punto de ser desahuciada de su piso...
¿Y de verdad puede solucionar algo?
Hemos conseguido en siete meses tres pisospara tres familias. Antes yo pedía sólo a Dios, ¡ahora pido a todo el mundo!
¿Aceptaría dinero de cualquiera?
No del dueño de Zara: un voluntario hondureño me cuenta cómo le explotaban de niñotrabajando en sus talleres allí.
¿Por qué se hizo monja?
Conocí a unas monjitas que trabajaban con los más pobres, ¡y las veía felices! A los 18 años estudiaba Teología, ayudaba en hospitales,trabajaba en los barrios...
¿Y contenta?
Acabé sintiéndome exiliada de mí misma. Y me recluí cinco años en la oración. Fue duro..., ¡pero aprendí que soy libre por dentro!
Y ha desplegado su libertad.Les he complicado la vida a mis hermanas: ¡no para de sonar el timbre del convento!
¿Qué dicen sus superiores?
Me riñeron por acercarme a los musulmanes de Manresa, pues lo interpretaron comoclaudicación. Apoyé la mezquita, y hoy es la única mezquita de puertas abiertas.
Bien está lo que bien acaba.
Y la Iglesia debería aceptar el uso anticonceptivo del preservativo: ¡ayuda a lapaternidad responsable! Y no imponer el celibato.
¿No le gusta?
¡Yo lo elegí libremente! Y me ayuda a servir a todos. Abrir los brazos es amar, y cerrarlos sobre una sola persona no me basta: los dejo...
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