equidad

La hija del Puma

Yo nací en el año de 1996, el mismo en el que los acuerdos de paz fueron firmados, verdaderamente sabía poco sobre lo que ocurrió en Guatemala durante esta época de oscuridad.Sabía que habían sido 36 años de una guerra interna en el país, pero nunca pensé que era tal el sufrimiento que le hacían pasar a las personas inocentes como en el caso de Aschlop; una niña indígenaque poco sabía sobre lo que estaba ocurriendo en el país, en el momento que le arrebataron lo que pertenecía a su vida cotidiana, como su casa, su comunidad, y los familiares con los que llevabacompartiendo toda su vida; el simple hecho de imaginarme en una situación como está, hace que mi corazón se entristezca, se me haga un nudo en la garganta y que mis ojos se llenen de lágrimas.
Al empezar aleer el libro lo único que veía en los ojos de Aschlop a la hora de imaginármela entre los árboles, era miedo, el pasar tanto tiempo escondiéndose de aquello que más tememos, crea una caparazón ennuestras vidas que no permite seguir con una vida libre y llena de alegría, pero en cuanto me iba adentrando en el contenido del texto e iba conociendo los motivos de su huida de la finca de México, elhecho de, aún estando ya en su casa de Yalambojoch, haber huido hacia la capital en busca de su hermano desaparecido; me hacía pensar en el gran espíritu, fuerte y lleno de voluntad que Angelina tenía,ella no quería seguir refugiándose, y mucho menos bajar a cabeza cada vez que alguien “superior” a ellos les hablaba, ella quería demostrar que sabía lo que valía, quería reunir de nuevo a su familiay que todo volviera a la normalidad aunque esto ya no ocurriera en su lugar de origen. Verdaderamente admiro a esta joven y me anima a luchar por aquello de lo que muchas veces no soy capaz dedefender, el haber dejado su casa es un acto de valentía digno de admirar, algo por lo cual difícilmente, yo, me decidiría por hacer, ya que es mucho el peligro al que estamos expuestos al salir de casa y...