Es mejor seguir a un león que a una mujer.

Es mejor seguir a un león que a una mujer

Introducción
En este trabajo pretendemos dar cuenta sobre la peligrosidad que encarna la mujer en situaciones amorosas con otro hombre, ya sea si esa relación es correspondida o no por él, así, como también, el peligro que debe transitar el hombre cuando se inicia en la travesía por conquistar a una mujer. Para demostrar lo antes dicho, debemosespecificar que cuando utilizamos el concepto “peligrosidad” para calificar a una mujer, tenemos que entenderlo como una manifestación del mal. El mal será tomado tanto desde una dimensión social como individual. Analizaremos de qué manera ambas dimensiones van a estar vinculadas y entremezcladas ya que nos encontraremos con mujeres infligiendo el mal a los hombres porque ellas lo padecieron,anteriormente, por ellos; por valores sociales considerados positivos como lo es la honra, o, porque el mal ya se encuentra instalado en la naturaleza de la mujer. De todos modos, ya sea porque lo padecieron o lo infligieron, el único que padecerá el mal será el hombre. El castigo que puede sufrir éste es variable ya que puede terminar con su vida o puede producirle cambios completamente crueles.Con el fin de probar lo antes mencionado, nos centraremos en el análisis de las siguientes mujeres: Fiameta de Juan Bocacio, Gradissa y Fiometa de Juan de Flores, Laureola de Diego de San Pedro, Melibea y Celestina de Fernando de Rojas. Cada una de ellas realizará diversas manifestaciones del mal pero lo único que se mantendrá constante en ellas es la de causarle daño al hombre de maneradirecta/consciente o indirecta/inconsciente.

Caracterización de las protagonistas
Fiameta de Juan Bocacio: Podemos confirmar que su mal se encuentra de manera intrínseca en su naturaleza. Sabemos que es una mujer poseedora de una gran belleza, con lo cual su vanidad (valor negativo) se hace evidente cuando se dirige a un baile de sociedad:
assí como las otras vezes solía acaecer, assíaquella aconteció que no solamente los hombres traían los ojos a mirarme, mas assí mismo las dueñas, bien como si Venus o Minerva, jamás d´ ellos no vistas, fueran en aquel lugar do yo era nuevamente decendidas (…)sentía desseado dulçor y quasi a ellos pareciéndome ser obligada (…) los remirava

A través de dicha cita, observamos que la protagonista es consciente de su belleza al punto tal quese iguala a las diosas. A su vez, por medio de su arrogancia (valor negativo) establece un juego perverso con aquellos hombres que la desean. Por otra parte, su maldad, también, se hace evidente cuando le es infiel a su marido. No le importó engañarlo y no le importa que todo el mundo sepa que fue engañado, de lo contrario no hubiese escrito el libro en el cual confirmaba tal hecho. Será eldesinterés de Pamphilo quien destruya el ego de Fiameta al momento de abandonarla ya que ella esperaba que él estuviera a su lado para cumplir sus deseos. Eso es lo que la hace enfurecer y buscar venganza. Aunque, queda la duda sobre si realmente fue un amor verdadero o lo que ella pretendía era que él la amara, la idolatrara. Al ser dejada muestra su furia y quiere destruirlo. Luego entra encontradicciones con respecto a su honra, cuando a ella jamás pareció tenerla en cuenta dese el momento en que decidió cometer adulterio y, en consecuencia, deshonrar a su marido. Se apoderó de ella una peligrosa obsesión por querer que Pamphilo la amase. Hay que recordar que, desde un primer momento, ella construyó una imagen de ese hombre errónea y que poco tenía que ver con la realidad. Esolo notamos cuando dice: “me pareció en ellos conocer palabras dizientes:<o señora tu sola eres la bienaventurança< (Pág.86) o “se mostraba lleno de amoroso desseo” (Pág.87).
Queda claro que, al atacar su egocentrismo se enfureció y lo más importante es que intercambió los roles: ella se autoconvenció de que era una víctima y Pamphilo, el victimario que la despreció y jugó con sus nobles...