expo antro
Este trabajo, iniciado en 2008, le tomó más de un año. Las ocho serigrafías fueron repartidas entre 8.957 lápidas en un taller de Bogotá, empleando para su reproducción la serigrafía manual. Luego vino la colocación de cada una en los nichos de los columbarios. En agosto de 2009 la instalación estaba lista. Sobre la misma, Doris Salcedo, artífice junto a González de estosproyectos de intervención y conservación de los columbarios, comentó en ese momento: “Son una forma muy bella de retratar la guerra sin mostrarla […] sobre todo para nosotros los colombianos que sí tenemos memoria de estas imágenes porque las vemos en los periódicos y la televisión todos los días”
Esculturas de la memoria
Un nuevo espacio se ha abierto en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación,el espacio de la escultura que increpa la historia de Los Mártires, la localidad donde se asienta este proyecto contra el olvido.
El sábado 23 se abrió al público la muestra más singular que permanecerá un año en el Centro de Memoria, ocho grandes tallas en piedra que hicieron parte del Festival “Los Mártires, pasado, presente y futuro de Bogotá, con una mirada al Bogotazo”, convocado por laAlcaldía Local.
Tras cuatro meses, las ocho moles de piedra de 2.60 centímetros de alto por 0.80 de ancho, que fueron traídas de las canteras de Usaquén, que pesaban más de dos toneladas cada una, y dispuestas en el costado sur del Centro de Memoria, comenzaron su ver su cambio a punta de cinceles, morteros y sierras.
De diez de la mañana a cinco de la tarde y dependiendo de la luz del día, cadatorso conoció el celo diligente de los maestros Jorge Becerra, Teófilo Hernández, Marisol Acosta, Wilson Rodríguez, Teófilo Hernández Jr., Carlos Vargas, Henry Barreto, y Máximo Aponte y su grupo de la Escuela de Talla, Irma Sarmiento, Inés Crane y María del Carmen Leal.
La memoria se perpetua en estas obras que como dijo el alcalde local de Los Mártires, Diego Piñeros, en su intervención, busca que“los escultores y talladores se encuentren y realicen una muestra de sus oficios como prácticas culturales, a fin de que creen sus obras, compartan su producción con los ciudadanos, que hacen parte del patrimonio inmaterial de Bogotá”.
Todos los escultores recibieron por su aporte cultural, una retribución de dos millones y medio de pesos para sus gastos durante el largo periodo de producción.Las obras hablan de los líderes de la cultura de Los Mártires con un toque sobre la memoria como el ferrocarril de la Sabana, los ocho monumentos de la localidad con presencia de los fusilados de la Huerta de Jaime, el obelisco cubista enrollado que asocia el pasado y el futuro de Los Mártires.
También las figuras narran la presencia de Gaitán y de García Márquez y la de los floristeros delCementerio Central, o los fusilados del 9 de abril, pero apuntando al nacimiento de una nueva sociedad, y la rigurosa talla Migraciones, el concepto mejor acabado de esta arte: cuatro fardos a través de un costal, una caja de cartón, una maleta del siglo antepasado y un morral de hoy.
“Tuve momentos muy difíciles por la delicadeza de cada detalle como las manijas, correas y la pita de los elementospues una quiebra en la talla nos haría perder todo el trabajo después de la demolición de más de un metro de piedra para dejar acostada la escultura, a diferencia de las restantes que se levantan del suelo”, anota su creador, Máximo Aponte, quien esculpió las valijas con el equipo de tres mujeres de la Escuela de Talla del Cementerio Central.
El Festival de la Talla en Piedra, que exalta la culturalocal de los marmoleros, estuvo acompañado de una muestra de los floristas del Cementerio Central, una docena de artesanos que con sus arreglos le dieron también vida a esta iniciativa de la alcaldía.
Ahora será misión adeudada de los visitantes del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, la caminata por la ronda de las esculturas que testimonian de un legado contra el olvido.
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