Feliz Navidad

Feliz Navidad…, cuantas veces decimos estas palabras y sin embargo parece como si cada vez tuvieran menos contenido. Tristemente como tantas cosas en nuestra sociedad, las palabras pierden valor,somos arrastrados al sin sentido de lo inmediato y lo productivo, un pragmatismo voraz que devora la esencia de las palabras, de los conceptos fundamentales y de las personas. La sospecha, ladesconfianza permanente, el temor a ser invadidos, las actitudes defensivas que nos impone el mundo actual, oscurecen la verdad, lo auténtico y genuino de nuestro Ser.
¿Cuál es nuestra Verdad?
¿Cuántasmentiras decimos, en cuantas mentiras vivimos y cuantas mentiras acogemos?
¿Podríamos ser tan osados de vivir sin mentira? Si lo piensas bien realmente da miedo.
La Navidad es la alegría de que todossomos iguales, todos pequeños nudos de una enorme red, en la que somos necesarios e imprescindibles, nadie tiene derecho a excluir a otro, todos somos personas, el pequeño o el viejo, el sabio o el másignorante, el poderoso o el más insignificante, el perfecto o el incapaz, el integro o el delincuente, alcohólico, drogadicto, prostituta, etc.. En la teoría estos conceptos son aceptados, pero en larealidad cotidiana, no es así, sencillamente todos tenemos muy claro quién es respetable y quién es despreciable. Plantearnos esto de manera honrada y honesta con nosotros mismos, nos puede parecer unacomplicación incluso darnos vértigo, es una difícil responsabilidad, pero nos haría Personas en una dimensión maravillosa.
He leído últimamente:
Muchos tratan de escapar de los demás hacia laprivacidad cómoda o hacia el reducido círculo de los más íntimos, y renuncian al realismo de la dimensión social. También se pretenden relaciones interpersonales sólo mediadas por aparatos sofisticados,por pantallas y sistemas que se puedan encender y apagar a voluntad. Mientras tanto, “la Navidad” nos invita siempre a correr el riesgo del encuentro con el rostro del otro, con su presencia física...