Foto movida de julio cortázar
En libros como Último Round, Historias de Cronopios y de Famas, Un Tal Lucas y La vuelta al día en ochenta mundos está el Cortázar más emblemático, de ese escritor que no teme a la experimentación y que a la postre resulta menos enfático y desenfadado. Bastante contrario a su personalidad algo tímida, reservada y poco amante del desarreglo existencial al punto tal quegran parte de su vida fue una especie de funcionario. Su timidez le impedía lidiar de mala gana con su fama de escritor, más que fastidio le abochornaba que la gente en la calle le reconociera y se le acercara para pedirle un autógrafo o para que firmara un ejemplar de Rayuela todo maltratado por el uso. En una entrevista del año 1983 le comenta lo siguiente a Jason Weiss: “…estaba en Barcelona,caminando una noche por el barrio gótico, y había una chica norteamericana, muy bonita, que tocaba la guitarra y cantaba. Cantaba un poco como Joan Báez, con una voz muy pura, clara. Había un grupo de jóvenes de Barcelona escuchándola. Yo me detuve a escucharla, pero permanecí en la sombra. En un momento, uno de los jóvenes, que tendría mas o menos veinte años, y era muy joven y apuesto, se acercóa mí. dijo: “Julio, toma un pedazo”. Así que yo tomé un pedazo y me lo comí, y le dije: “Muchas gracias por acercarte y convidarme”. El me dijo: “Pero escucha, te di muy poco comparado con lo que tú me diste a mí”. Yo le dije: “No digas eso, no digas eso”, y nos abrazamos y él se alejó. Bien, cosas como esa son las mejores recompensas de mi trabajo como escritor.”
El muchacho de la torta fueexacto y los lectores incondicionales de Cortázar saben que él como escritor dio el cien por ciento. Nadie sale ileso luego de leer el Perseguidor, ese personaje hecho de retazos de aflicción y tiempo, ese músico de Jazz es un microcosmo y resume, en pocas pinceladas literarias, el padecimiento del artista en general, de ese artista que trata de aprehender con su arte la esencia del alma humana,que intenta de algún modo encontrar respuestas a esos demonios oscuros y a veces transparentes que lo vapulean a cada momento, que tejen sus insomnios y desvelos. Nadie se recupera con facilidad de esa odisea existencial en la que peregrinan La Maga y Horacio Oliveira.
Con Cortázar tenemos la profundidad de una escritura que indaga en su proceso, que bucea en el bituminoso espíritu humano,pero en la que al mismo tiempo se encuentran mínimos resquicios por donde la luz del humor se filtra, de ese humor que perturba todos nuestros parámetros y prejuicios, que empuja al lector hacia una reflexión risueña. Con personajes como los Cronopios (o ese desenchufado Lucas) el lector pronto siente empatía, son como ese espejo bromista donde el lector se ve deformado hasta ese absurda comicidadque le arranca una sonrisa.
El Julio Cortázar comprometido político es también una buena lección. En una entrevista con Omar Prego dice: “La toma de conciencia ideológica, política, que me dio la revolución cubana no se limitó solamente a las ideas. La revolución debe triunfar y se debe hacer la revolución porque sus protagonistas son los hombres, lo que cuenta son los hombres. Y esa cosa...
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