Fragmento de Otelo
ACTO QUINTO- ESCENA II
EMILIA.- Si eres hombre, desmiéntele. Élcuenta que tú le dijiste que su mujer le era infiel. Yo sé bien que no lo has dicho, porque no eres tan malvado. Habla, respóndele, que el corazón quiere saltárseme.
YAGO.- Le dije lo que yo tenía porcierto, y lo que luego él ha averiguado.
EMILIA.- ¿Y tú le dijiste que mi señora no era honrada?
YAGO.- Sí que se lo dije.
EMILIA.- Pues dijiste una mentira odiosa, infernal y diabólica. ¡Poder deDios! ¿Y le dijiste que era infiel con Casio, con Casio?
YAGO.- Sí, con Casio. Cállate, mujer.
EMILIA.- No he de callar. Es necesario que yo hable. Mi pobre señora yace muerta en su lecho.
TODOS.-¡No lo consienta Dios!
EMILIA.- Y tus delaciones son causa de su muerte.
OTELO.- No os asombréis, señores. Así ha sucedido.
GRACIANO.- ¡Horrenda verdad!
EMILIA.- Aquí se esconde alguna infernalañagaza... Y empiezo a sospechar... ¡Ah, sí: ya caigo!... Lo que siempre recelé... ¡Infame! ¡Me ahoga la ira! ¡Oh trama inicua!
YAGO.- ¿Estás loca? Vete a casa. Te lo mando.
EMILIA.- Caballeros, dejadmehablar. Otra vez le obedeceré, no ahora. Y quizá nunca volveré a tu casa, Yago.
OTELO.- ¡Ay! ¡Ay!
EMILIA.- ¿Al fin lo sientes? Ruge, ruge. Has asesinado a la más santa y hermosa criatura que havisto nunca la luz del sol.
OTELO.- (Levantándose.) ¡Fue adúltera! No os había conocido, tío. (A GRACIANO.) Ahí tenéis muerta a vuestra sobrina, y muerta a mis manos. Sé que esto os parecerá horrible...GRACIANO.- ¡Pobre Desdémona!... Cuán feliz es tu padre en haber pasado ya de esta vida. Tu boda le mató: el pesar de ella bastó a cortar el hilo de sus días. Pero si hoy viviera, y la viese...
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