Freud CONFERENCIA 21
Sexualidad y reproducción no coinciden. Lo que confiere un carácter tan inequívocamente sexual a la práctica perversa, a pesar de laajenidad de su objeto y de sus metas, es la circunstancia de que el acto de la satisfacción perversa desemboca la más de las veces en un orgasmo completo y en el vaciamiento de los productosgenitales. Lo esencial de las perversiones no consiste en la transgresión de la meta sexual, ni en la sustitución de los genitales, ni siquiera en la variación del objeto, sino solamente en que estasdesviaciones se consuman de manera exclusiva, dejando de lado el acto sexual al servicio de la reproducción.
La sexualidad perversa está notablemente centrada; todas las acciones presionan hacia una meta, yuna pulsión parcial tiene la primacía: o bien es la única pesquisable o bien ha sometido a las otras a sus propósitos. En este sentido, no hay entre la sexualidad perversa y la normal más diferenciaque la diversidad de las pulsiones parciales dominantes y, por lo tanto, de las metas sexuales. En cambio, la sexualidad infantil carece de semejante centramiento y organización; sus diversas pulsionesparciales tienen iguales derechos y cada una persigue por cuenta propia el logro del placer. Ambos tipos de sexualidad, la perversa y la normal, han nacido de lo infantil. También hay casos desexualidad perversa que presentan una semejanza mucho mayor con la infantil: son aquellos en que numerosas pulsiones parciales han impuesto sus metas (o mejor, han persistido en ellas) con independencia unasde otras. En tales casos es más correcto hablar de infantilismo de la vida sexual que de perversión.
Las metas sexuales de este período de la vida (infantil) se entraman de manera íntima con lacontemporánea investigación sexual. El carácter perverso de alguna de estas metas depende, naturalmente, de la inmadurez constitucional del niño, quien no ha descubierto aún la meta del coito.
Podemos...
Regístrate para leer el documento completo.