Fusilamientos Del 3 De Mayo

Óleo sobre lienzo pintado por Francisco de Goya (1746-1828)
1814
EL 3 de mayo de 1808 o Los fusilamientos de la Moncloa (266 x345 cm)
Sería imposible adscribir a Goya en un movimiento artístico concreto, ya que su genio artístico practicó todas las formas que necesitó para expresarse. Por ello clasificamos este cuadro como pintura española del siglo XIX (Goya).
Temática histórica
Museo delPrado

Tras la Guerra de la Independencia, Goya, que había colaborado con el régimen afrancesado, intentó resarcirse pintando dos cuadros de grandes dimensiones de índole patriótica, por encargo de la Regencia. El primero plasma la revuelta de la población madrileña contra los invasores franceses el 2 de mayo de 1808; el segundo, los fusilamientos del día siguiente, cuando en plena noche lossoldados franceses ejecutaron a los civiles sublevados, sin juicio, por orden del general Murat.

La composición está dominada por dos grandes diagonales que confluyen en el farol colocado en el suelo: la de la montaña y la del pelotón de fusilamiento, que da profundidad a la escena. La iluminación tiene una función innegablemente dramática. La luz, que emana de una linterna colocada en elsuelo, separa simbólicamente la zona iluminada donde esperan los condenados y la zona oscurecida donde se ubican los soldados. En la zona iluminada, la camisa blanca de uno de los insurrectos parece absorber toda la luz del cuadro con una fuerte carga expresiva y simbólica. En medio de ambos grupos, otro grupo que viene caminando separa simbólicamente las dos facciones (lo que pasará).

Alfondo se vislumbra una arquitectura perteneciente a la ciudad de Madrid y la negra noche que envuelve todo. La localización de la represión se ha localizado en los altos de la Moncloa, en la montaña del Príncipe Pío.

El pelotón de militares, sin rostro, forma una diagonal cerrada que prácticamente obliga al observador a contemplar la escena desde el pelotón. Los fusiles preparados paradisparar y la pierna retrasada indican que la descarga es inminente; ocultando sus rostros, el pintor los despersonaliza y los convierte en máquinas de matar.

La representación de las fisonomías de los ciudadanos anónimos, en cambio, les confiere gran dignidad. Estos hombres, conscientes de que van a morir, adoptan las más diversas actitudes ante la muerte: se cubren el rostro con las manos, seocultan, un fraile capuchino rezando[1], se muerden los nudillos… a su lado yacen sus predecesores, cuya sangre (tremendo recurso expresivo) impregna el suelo.
Entre los insurrectos, el hombre de la camisa blanca levanta sus brazos y mira de frente. Su postura recuerda a Cristo crucificado y en las palmas de sus manos se pueden apreciar sus estigmas; lejos de él, en la parte izquierda de cuadro,una mujer está sentada con un niño en brazos. Mediante estas claras alusiones a Jesús y a la Virgen, Goya abandona la anécdota para convertir su lienzo en un grito contra la irracionalidad de la guerra, contra la barbarie de Napoleón. Goya no contempla la guerra como una actividad heroica, sino como algo irracional, cruel y violento. No hay héroes, sino el pueblo, una masa anónima que muere(concepto romántico). La verdad descarnada se convierte en el protagonista del cuadro, de ahí su relación con los Desastres de la Guerra[2].

Goya puso todos los elementos al servicio de la expresión: redujo la gama cromática (ocre, negro –se observa la influencia tenebrista-, blanco de la camisa y rojo de la sangre) manteniendo la imprimación rosada que caracterizaba a sus obras desde sus comienzos;potenció el dramatismo de la composición creando escorzos dinámicos (figuras que se doblan y retuercen al mismo tiempo); intensificó el clímax mediante el lenguaje de las manos (puños crispados); y en el terreno formal, Goya trabajó con pinceladas más sueltas y manchas de color para configurar cada uno de sus magistrales ambientes a partir del contraste lumínico y del uso de las sombras....