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Páginas: 15 (3589 palabras)
Publicado: 26 de noviembre de 2012
DEMOGRAFÍA SIGLO 1ª MITAD SIGLO XVII
1. Consideraciones previas.
El crecimiento característico del siglo XVI se interrumpió, en la mayor parte de Europa, durante los últimos años del siglo para dejar paso a un estancamiento o retroceso que se prolongó hasta mediados del siglo XVIII.
No se puede atribuir a esta crisis el carácter catastrófico que tuvo la del siglo XIV. No se puedecomparar la peste negra con la serie de epidemias del siglo XVII; pero, aunque las plagas fueran menores, su acción se combinó y se prolongó y el hambre, la epidemia y la guerra se asociaron a ellas en algunas fases críticas. La multitud de mortalidades corresponde a un movimiento general desfavorable. Las causas no son muy bien conocidas: la Guerra de los Treinta años; las luchas religiosas, laemigración, suscitada por las mismas. Pero, por encima de estas causas coyunturales y que afectan, en menor o mayor grado, a unos países respecto a otros, podríamos subrayar una causa más general y prolongada: en efecto, en esta Europa rural no se puede dejar de tener en cuenta todo aquello que influye sobre las cosechas. Que las alteraciones climáticas influyeran sobre las cosechas es una hipótesis queno ha dejado de tener fuerza desde hace varios años.
Se extiende un período más frío, durante doscientos años, para terminar a mediados del siglo XIX, que empezó hacia 1580. Los fríos invernales causaban menos daño que los de primavera y verano; una pequeña edad glaciar, en palabras de Le Roy Ladurie. A causa de ello, la producción de cereales sufrió ciertamente en el norte del continente(Inglaterra y Escandinavia), pero, para el resto de Europa, los datos no son suficientes. Los peores años climatológicos son de 1590 a 1602, y, en el siglo XVII, 1606-1609; 1639-1644, para esta primera mitad.
El examen del precio del trigo presenta numerosas correlaciones y las crisis coinciden con la elevación de los precios, aunque algunas alzas se sitúan en otras fechas y algunas crisis tienenlos efectos más atenuados.
Aparecen también algunas variantes según las comarcas, pero el esquema general es el que vale para el conjunto. Se traduce, demográficamente, en crecimiento de la mortalidad, un descenso de los nacimientos y una inmediata disminución de la nupcialidad.
La cronología de las epidemias se combina bastante bien con las crisis de las cosechas, como, por ejemplo, en 1603,1625, 1640, 1647 y 1665, en Londres. Pero se registró la peste en España, en Italia, en Francia, en Alemania y Suiza, durante el período 1629-1631, sin contar con numerosas epidemias localizadas y que no coincidieron con malas cosechas.
La naturaleza, la gravedad, la extensión y la repercusión de las epidemias sólo se conocen deficientemente. Sería preciso un trabajo de conjunto que coordinasela multitud de monografías existentes. Lo único que se puede comprobar es que la epidemia desapareció mucho antes que el clima desfavorable y las malas cosechas. La peste empezó a ser excepcional a partir de mediados del siglo XVII.
La guerra, de acuerdo con la tradición, sigue siendo la tercera plaga; en el siglo XVII presenta las variantes de guerra civil, guerra religiosa y guerrainternacional. En realidad, no es una característica que pueda marcar una oposición entre el siglo XVI y el siglo XVII, ni siquiera cuando se trata de un conflicto extendido en el espacio y en el tiempo, como la Guerra de los Treinta años. Las batallas y, sobre todo, el botín, las destrucciones y las enfermedades siguen engendrando sus acostumbradas consecuencias. En todo caso, es de suponer que, con eldesarrollo de los grandes Estados, los esfuerzos y exigencias fiscales se van haciendo más pesados y estos aspectos no son, en absoluto, secundarios [1].
Lo que agrava considerablemente los estragos es la coincidencia entre las malas cosechas, la situación económica deteriorada, la epidemia y la guerra. Pero tampoco esto supone una novedad.
Las revueltas campesinas tienen una importancia...
1. Consideraciones previas.
El crecimiento característico del siglo XVI se interrumpió, en la mayor parte de Europa, durante los últimos años del siglo para dejar paso a un estancamiento o retroceso que se prolongó hasta mediados del siglo XVIII.
No se puede atribuir a esta crisis el carácter catastrófico que tuvo la del siglo XIV. No se puedecomparar la peste negra con la serie de epidemias del siglo XVII; pero, aunque las plagas fueran menores, su acción se combinó y se prolongó y el hambre, la epidemia y la guerra se asociaron a ellas en algunas fases críticas. La multitud de mortalidades corresponde a un movimiento general desfavorable. Las causas no son muy bien conocidas: la Guerra de los Treinta años; las luchas religiosas, laemigración, suscitada por las mismas. Pero, por encima de estas causas coyunturales y que afectan, en menor o mayor grado, a unos países respecto a otros, podríamos subrayar una causa más general y prolongada: en efecto, en esta Europa rural no se puede dejar de tener en cuenta todo aquello que influye sobre las cosechas. Que las alteraciones climáticas influyeran sobre las cosechas es una hipótesis queno ha dejado de tener fuerza desde hace varios años.
Se extiende un período más frío, durante doscientos años, para terminar a mediados del siglo XIX, que empezó hacia 1580. Los fríos invernales causaban menos daño que los de primavera y verano; una pequeña edad glaciar, en palabras de Le Roy Ladurie. A causa de ello, la producción de cereales sufrió ciertamente en el norte del continente(Inglaterra y Escandinavia), pero, para el resto de Europa, los datos no son suficientes. Los peores años climatológicos son de 1590 a 1602, y, en el siglo XVII, 1606-1609; 1639-1644, para esta primera mitad.
El examen del precio del trigo presenta numerosas correlaciones y las crisis coinciden con la elevación de los precios, aunque algunas alzas se sitúan en otras fechas y algunas crisis tienenlos efectos más atenuados.
Aparecen también algunas variantes según las comarcas, pero el esquema general es el que vale para el conjunto. Se traduce, demográficamente, en crecimiento de la mortalidad, un descenso de los nacimientos y una inmediata disminución de la nupcialidad.
La cronología de las epidemias se combina bastante bien con las crisis de las cosechas, como, por ejemplo, en 1603,1625, 1640, 1647 y 1665, en Londres. Pero se registró la peste en España, en Italia, en Francia, en Alemania y Suiza, durante el período 1629-1631, sin contar con numerosas epidemias localizadas y que no coincidieron con malas cosechas.
La naturaleza, la gravedad, la extensión y la repercusión de las epidemias sólo se conocen deficientemente. Sería preciso un trabajo de conjunto que coordinasela multitud de monografías existentes. Lo único que se puede comprobar es que la epidemia desapareció mucho antes que el clima desfavorable y las malas cosechas. La peste empezó a ser excepcional a partir de mediados del siglo XVII.
La guerra, de acuerdo con la tradición, sigue siendo la tercera plaga; en el siglo XVII presenta las variantes de guerra civil, guerra religiosa y guerrainternacional. En realidad, no es una característica que pueda marcar una oposición entre el siglo XVI y el siglo XVII, ni siquiera cuando se trata de un conflicto extendido en el espacio y en el tiempo, como la Guerra de los Treinta años. Las batallas y, sobre todo, el botín, las destrucciones y las enfermedades siguen engendrando sus acostumbradas consecuencias. En todo caso, es de suponer que, con eldesarrollo de los grandes Estados, los esfuerzos y exigencias fiscales se van haciendo más pesados y estos aspectos no son, en absoluto, secundarios [1].
Lo que agrava considerablemente los estragos es la coincidencia entre las malas cosechas, la situación económica deteriorada, la epidemia y la guerra. Pero tampoco esto supone una novedad.
Las revueltas campesinas tienen una importancia...
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