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La película Gattaca (1997) narra la historia de Vincent, un joven ambicioso que sueña con ser astronauta, un sueño que no está al alcance de su mano. Vincent tiene un hermano,Anton, un ser modificado genéticamente para tener una condición física e intelectual perfecta, algo que en esa época es muy habitual. Vincent intenta entrar en Gattaca, a fin de poder ir algún día alespacio pero lo máximo que consigue es que lo contraten para el servicio de limpieza. Pero un día la suerte se pone de su lado y conoce a Jerome, otro ser genéticamente perfecto que se quedó paralíticoen un intento de suicidio. Llegan a un acuerdo y Vincent suplanta la identidad de Jerome, consiguiendo así ser considerado “válido”.
Y bien, ahora yo me pregunto… ¿Acaso no es la imperfección del serhumano lo que nos hace seres único e inigualables? ¿Acaso no es esa emoción de saber hasta dónde podemos llegar con nuestras capacidades naturales lo que da chispa a nuestra vida y lo que nos obliga asuperarnos?
Pues yo creo que sí, que necesitamos ser diferentes para tener una personalidad propia con la que identificarnos.
Si todos fuéramos genéticamente perfectos, todo o casi todo nossaldría bien y eso sería robarnos el placer póstumo tras un esfuerzo realizado; placer que nos anima a su vez a buscar nuevos retos y sueños y, si nos quitan eso, ¿qué somos? , tan sólo unos engranajes deesta enorme máquina a la que llamamos mundo.
Por otro lado y desde otro punto de vista, la modificación genética podría evitarnos enfermedades tales como cáncer, sida, malaria, y un largo repertorioque no benefician a nadie salvo a las empresas farmacéuticas. Entonces tendríamos otro dilema moral, es decir ¿sólo podríamos modificar a nuestros hijos para evitar el riesgo de enfermedades o, por lapropia ambición que nos caracteriza también querríamos que nuestros hijos gozaran de increíbles condiciones físicas e intelectuales?
Y ya no sólo por ambición, sino que el físico hoy en día es...