Gobierno de Cipriano Castro algunos (problemas y doctrinas)

Nacionalismo :
EL NACIONALISMO DE CIPRIANO CASTRO 



Juan Ernesto Montenegro
Cronista de la Ciudad
Transcurrida la considerable extensión de un siglo, desde que el general Cipriano Castro iniciara su revolución 'Restauradora', es necesario detenerse con el propósito de evaluar temperados los odios y las pasiones bajas con que le quisieron hacer trizas sus adversarios la actuación de tannotorio caudillo, así como las causas que determinaron su comportamiento, para muchos, ejemplar del nacionalismo heroico, para otros, no más que una detestable versión del caudillaje criollo.
Como recuerdo de familia conservé por mucho tiempo una espada de empuñadura empedrada cuya hoja tenía esta leyenda Cipriano Castro al Ejército Liberal Restaurador.En un gesto más que de desprendimiento, deingenuidad, hice entrega del preciado sable a un amigo de quien esperé inútilmente la devolución de aquel familiar objeto histórico, ya que por su naturaleza y origen no podía ser objeto de donación ni enajenación. Aún aguardo su devolución. Desde esos días movido tal vez por la posesión de la espada restauradora era un convencido del tratamiento infame que se había dado a uno de los más valerosossoldados de la República, quien añadía a los méritos del guerrero invicto, el haber hecho frente, con toda la dignidad de Venezuela ofendida y amenazada, al ataque de las potencias más poderosas del globo, las cuales decidieron bloquear nuestros puertos como recurso para acelerar el cobro de acreencias vencidas; lo que no fue más que un pretexto para humillar al país, en represalia por eltratamiento desconsiderado hay que reconocerlo que se había dado a algunos ciudadanos extranjeros, especialmente al agente del Cable Francés. La representación extranjera en la nación, o parte de ella, se había acostumbrado a mirar con soberbia a los ciudadanos venezolanos, no sólo por la pobreza del pueblo, sino debido a haber desarrollado unas ideas de superioridad con las que quiso reducir a unaespecie de caricatura piojosa y primitiva la imagen del hombre de los campos y de las ciudades de Venezuela. Con las amenazas que se profirieron cuando se quiso terminar con el asilo de José Tadeo Monagas en la Legación de Francia, creyeron los ricos señores de ultramar que nos habían asustado para siempre, por lo que cualquier asomo de amor propio o de dignidad nacional debía ser ahogado en el silencioy en la vergüenza.
La soberbia de los poderosos países no pudo imaginarse, que en ese pequeño cuerpo humano del presidente Castro; en ese andino de humilde procedencia; en ese diputado de palabra siseante; 'en ese indio que no cabe en su cuerito' como le definió el general Crespo, se alojaba el orgullo de un pueblo, que si bien se hallaba en aquellos momentos arruinado, había dado, cuando loexigieron las circunstancias, sobradas muestras de arrogancia, de arrojo y de valor heroico. Por supuesto que con esas dotes no se gana una guerra. Por muy bravo y valiente que fuese el pueblo, no podía vencer con máuseres y escopetas a la poderosa artillería del 'Panther' que tomó la flotilla venezolana en La Guaira; y bien sabía Cipriano Castro que no tenía los medios para perforar las gruesascapas de acero que blindaban a la armada europea la cual saqueó como le vino en ganas los pequeños barcos criollos sin hallar presa de valor.
Ante aquel abuso de poder, Cipriano Castro hizo lo que se le tuvo que ocurrir a un guerrero que apenas terminaba una dura campaña. A plan de machete hizo llevar a la cárcel a los ciudadanos extranjeros que habían provocado aquella querella diplomática; y lehubiera complacido mucho, lanzar a Herr Knoop, representante del ferrocarril, en 'El Tigrito', que era el calabozo más célebre de La Rotunda por su fetidez insoportable y la numerosa variedad de alimañas que lo poblaban.
El representante de los Estados Unidos, Mr. Bowen corre a hablar con Castro para interceder por los extranjeros que habían sido sometidos a tan duro tratamiento. Aludió a la...