Guia lenguaje
Soy oriundo de Quechurewe, que es una reducción mapuche que esta a setenta ycinco kilómetros — en dirección oriente, precordillerano— de la ciudad de Temuko.
La casa azul en que nací está situada en una colina rodeada de hualles, un sauce, castaños nogales un aromoprimaveral en invierno —un sol con dulzor a miel de ulmos—chilcos rodeados a su vez de picaflores que no sabíamos si eran realidad o visión ¡tan efímeras! En invierno sentimos caer los robles partidos porlos rayos
En los atardeceres salimos, bajo la lluvia o los arreboles, a buscar las ovejas (a veces tuvimos que llorar la muerte de alguna de ellas, navegando sobre las aguas)
Por las noches oímoslos cantos, cuentos y adivinanzas a orillas del fogón respirando el aroma del pan horneado por mi abuela, mi madre, o la tía María mientras mi padre y mi abuelo —Lonko de la comunidad— observaban conatención y respeto.
Hablo de la memoria de mi niñez y no de una sociedad idílica. Allí, me parece, aprendí lo que era la poesía las grandezas de la vida cotidiana, pero sobre todo sus detalles eldestello del fuego, de los ojos, de las manos. Sentado en las rodillas de mi abuela oí las primeras historias de árboles y piedras que dialogan entre sí, con los animales y con la gente. Nada más, medecía, hay que aprender a interpretar sus signos y a percibir sus sonidos que suelen esconderse en el viento. Tal como mi madre ahora, ella era silenciosa y tenía una paciencia a toda prueba. Solía verlacaminar de un lugar a otro, haciendo girar el huso, retorciendo la blancura de la lana. Hilos que en el telar de las noches se iban convirtiendo en hermosos tejidos.
Como mis hermanos y hermanas—más de una vez— intenté aprender ese arte, sin éxito. Pero guardé en mi memoria el contenido de los dibujos que hablaban de la creación y resurgimiento del mundo mapuche de fuerzas protectoras, de...
Regístrate para leer el documento completo.