HAHAHAHA
—¡Váyase!
Saturno huyó despavorido.
Sin embargo, el sábado siguiente, ya repuesto del espanto de la visita, volvió al sanatorio con el gato vestidoigual que él: la malla roja y amarilla del gran Leotardo, el sombrero de copa y una capa de vuelta y media que parecía para volar. Entró con la camioneta de feria hasta el patio del claustro, y allíhizo una función prodigiosa de casi tres horas que las reclusas gozaron desde los balcones, con gritos discordantes y ovaciones inoportunas. Estaban todas, menos María, que no sólo se negó a recibir almarido, sino inclusive a verlo desde los balcones. Saturno se sintió herido de muerte.
—Es una reacción típica— lo consoló el director—. Ya pasará.
Pero no pasó nunca. Después deintentar muchas veces ver de nuevo a María, Saturno hizo lo imposible por que le recibiera un carta, pero fue inútil.
Cuatro veces la devolvió cerrada y sin comentarios. Saturno desistió,pero siguió dejando en la portería del hospital las raciones de cigarrillos, sin saber siquiera si le llegaban a María, hasta que lo venció la realidad.
Nunca más se supo de él, salvo quevolvió a casarse y regresó a su país. Antes de irse de Barcelona le dejó el gato medio muerto de hambre a una noviecita casual, que además se comprometió a seguir llevándole los cigarrillos a María....
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