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Siempre es difícil enfrentar a la vida, tanto o igual que un escritor a una hoja en blanco, intenta delegar las letras para que griten lo que su corazón calla, se aferra a las circunstancias ymodela los pasos caminados durante una visita al mar, la infancia es trágicamente normal, salvo un par de heridas y unos raspones causados por un juego tonto pero mágico, pocos héroes reales observaba, disfrutaba del tiempo porque no costaba, su madre encarnaba las pequeñas guerras ganadas en silencio, sus secretos y dolores los guardaba en lo más profundo de su bolso al llegar a casa, pero no poreso, su abrazo perdía calidez, siempre con un pequeño detalle, un gran tesoro, una dulce recompensa que reflejaba una sonrisa, supongo eso para todas las madres del mundo es recompensa suficientepara abrir los ojos en el alba del siguiente día.
La hoja en blanco empezó a llenarse de letras indomables de personas imaginarias, su gran derrota era una mente un tanto exaltada, su romance contodo lo que veía, quería convertirse en alguno de esos anónimos que aparecen en las tapas de libros heredados de un hermano, ese que tenía la trágica responsabilidad de formarlo…. Definitivamentealgunas veces la vida tiene un nefasto sentido del humor… así que su casa se convirtió en pastizales, ciudades, mares y viajes a tierras desconocidas. Cada verbo, silaba y consonante contaban historias quepretendía estaba escritas solo para él, muertos que le hablaban al oído de como el amor rompe las fibras del alma y la pesadilla de la pasión, la mágica tristeza inspirada en horizontes que nuncaconocería, tontamente empezó a transformarse en un poco de todos, desde la visceral de bukowsky hasta las heladas noches de Neruda, pasando por los viajes de Miller, y las historias devastadoramentehumanas de Cortázar, las pugnas ideológicas de rusos un tanto excéntricos, y las ventajas de las opciones que hallo una tarde en una calle infestada de silencios, los gritos de los libros, esos gritos...