hijo mio
Señor Jehová, sin que
revele su secreto á sus
siervos los profetas.
(Amós 3:7).
Estamos en el tiempo del fin; ningún estudiante de la Biblia podrá negar
esto. Hemos tenido al profeta prometido en el capítulo 4, verso 5, del libro
de Malaquías:
He aquí, yo os envío á Elías el profeta, antes que venga el día de
Jehová grande y terrible
(Malaquías 4:5). Este DIA GRANDE Y TERRIBLE, es la Gran Tribulación, es el día de
la quema, como le sucedió a Sodoma y Gomorra.
Ahora, en Malaquías 4:6 está manifestado el ministerio del profeta de
esta edad:
El convertirá el corazón de los padres á los hijos, y el corazón de los
hijos á los padres: no sea que yo venga, y con destrucción hiera la
tierra
(Malaquías 4:6). La conversión de los padres a los hijos fue la labor de Juan el Bautista, el
Elías de la primera venida de Cristo. Cuando el ángel anunció a Zacarías el
nacimiento de Juan, le dijo: "Porque él irá delante de él con e! Espíritu y
virtud de Elías, para convertir los corazones de los padres á los hijos, y los
rebeldes a la prudencia de los justos, para aparejar al Señor un pueblo
apercibido" (Lucas 1:17). Pero el ángel no le dijo a Zacarías que Juan
convertiría el corazón de los hijos a los padres, porque esa era la labor del
Elías de la segunda venida de Cristo. Los que ahora son hijos de Dios,
regresarán a la fe de los padres primitivos de la iglesia los apóstoles. Y esta conversión tiene que ser por la Palabra; porque un profeta es la Palabra
de Dios manifestada; y la Palabra es la que convierte el alma. Pues Dios
revela su Palabra a través de sus profetas solamente: "Porque no hará nada
el Señor Jehová, sin que revele su secreto á sus siervos los profetas"
(Amós 3:7).
La revelación de Dios para esta edad tenía que venir por un profeta,
porque ningún creyente, por consagrado que fuera, podía tomar tal
responsabilidad. Este profeta, de acuerdo a la Escritura, sería el instrumento
en el tiempo del fin para la consumación de los misterios de Dios, porque él
sería el mensajero a la séptima edad de la iglesia Laodicea.
Pero en los días de la voz del séptimo ángel ángel significa
mensajer o, cuando él comenzare á tocar la trompeta dar su
mensaje, el misterio de Dios será consumado, como él lo anunció á
sus siervos los profetas.
(Apoca1ipsis 10:7).
Por este texto vemos claramente que la consumación de los misterios de
Dios, sería en los días del séptimo mensajero; es decir, durante su
ministerio serian revelados todos los misterios ocultos en la Palabra; misterios que Dios había anunciado por sus siervos los profetas.
Este solo hecho muestra la necesidad de un profeta para esta edad;
porque sólo un profeta podía quitar el velo a muchas porciones de la
Escritura que por siglos habían estado encubiertas. Así fue el plan de Dios:
Guardar estos misterios para ser revelados en el tiempo del fin. Tú empero Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo
del fin: pasarán muchos, y multiplicaráse la ciencia
(Daniel 12:4).
También en el tiempo de los apóstoles fueron revelados misterios que
estaban encerrados en Dios hasta ese tiempo:
A saber, que por revelación me fué declarado el misterio, como antes
he escrito en breve;
Leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi inteligencia en el
misterio de Cristo:
El cual misterio en los otros siglos no se dió á conocer á los hijos de
los hombres como ahora es revelado á sus santos apóstoles y profetas
en el Espíritu
(Efesios 3:35).
Los padres apóstoles declararon los misterios que Dios les reveló; pero
sobre este fundamento han colocado muchas interpretaciones particulares
que han ...
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