HISTORIA DE LOS SISTEMAS POLÍTICOS UBA
Hannah Arendt
Sobre la revolución
Versión española de
Pedro Bravo
Alianza
editorial
1
10
Hannah Arendt
Sobre la revolución
11
Introducción
GUERRA Y REVOLUCIÓN
Guerras y revoluciones han caracterizado hasta ahora la fisonomía del siglo xx. Parece como si los acontecimientos se hubieran
precipitado a fin de hacer realidad la profecíaanticipada por Lenin.
A diferencia de las ideologías decimonónicas —tales como nacionalismo e internacionalismo, capitalismo e imperialismo, socialismo y comunismo, las cuales han perdido el contacto con las realidades fundamentales del mundo actual, a pesar de que siguen siendo invocadas frecuentemente como causas justificadoras—, la guerra y la revolución constituyen aún los dos temas políticosprincipales de nuestro tiempo. Ambas han sobrevivido a todas sus justificaciones ideológicas. En una constelación que plantea la amenaza
de una aniquilación total mediante la guerra frente a la esperanza de
una emancipación de toda la humanidad mediante la revolución
(haciendo que pueblo tras pueblo, en rápida sucesión, «ocupe, entre las potencias de la tierra, el puesto igual e independiente que leconfieren las leyes de la naturaleza y de Dios»), la única causa que
ha sido abandonada ha sido la más antigua de todas, la única que en
realidad ha determinado, desde el comienzo de nuestra historia, la
propia existencia de la política, la causa de la libertad contra la
tiranía.
Hay de qué sorprenderse. Bajo el asalto concertado de las modernas «ciencias» desenmascaradoras —psicología ysociología—
la idea de libertad ha quedado sepultada sin que nadie se conmueva.
Hasta los revolucionarios hubieran preferido reducir la libertad al
12
Hannah Arendt
rango de un prejuicio pequeño burgués antes que admitir que el fin
de la revolución era y siempre ha sido la libertad, y eso pese a que
podía suponerse que ellos vivían de una tradición difícilmente imaginable sin la nociónde libertad. Si constituyó motivo de asombro
ver cómo hasta el propio nombre de la libertad pudo desaparecer
del vocabulario revolucionario, no ha sido menos sorprendente comprobar cómo en los años recientes se ha introducido la idea de libertad en el seno del más serio de todos los debates políticos del
momento: la discusión acerca de la guerra y del empleo justificado
de la violencia. Desdeun punto de vista histórico, la guerra es tan
antigua como la historia del hombre, en tanto que la revolución en
sentido estricto no existió con anterioridad a la Edad Moderna; de
todos los fenómenos políticos más importantes, la revolución es uno
de los más recientes. En contraste con la revolución, el propósito de
la guerra tuvo que ver en muy raras ocasiones con la idea de libertad,
yaunque es cierto que las insurrecciones armadas contra un invasor
extranjero han despertado a menudo el sentimiento de que constituían una causa sagrada, no por ello han sido consideradas, ni en la
teoría ni en la práctica, como las únicas guerras justas.
La justificación de la guerra, incluso en un plano teórico, es
muy antigua, aunque no tanto, por supuesto, como lo es la lucha
organizada.Para llegar a ella es preciso que exista la convicción de
que las relaciones políticas no están sujetas, cuando se desarrollan
normalmente, al imperio de la violencia, y tal convicción la encontramos por primera vez en la Grecia antigua, una vez que la polis
griega, la ciudad-Estado, se definió a sí misma como un modo de
vida basado exclusivamente en la persuasión y no en la violencia.
(Que nose trataba de palabras vacías, encubridoras de una falsa
realidad, nos lo demuestra, entre otras cosas, la costumbre ateniense
en «persuadir» a los condenados a muerte para que se suicidasen
bebiendo cicuta, con lo cual se evitaba al ciudadano ateniense, en
cualquier circunstancia, la indignidad de sufrir la violencia física.)
Sin embargo, debido al hecho de que para el griego la vida...
Regístrate para leer el documento completo.