hola k ase
Este colegio queda como testigo denuestros cambios, de todo lo que hemos aprendido y “desaprendido”, de todas las clases atendidas, de los suspensos y los sobresalientes, y de esos cincos pelados conseguidos con tanto esfuerzoque parecen dieces. De casi toda nuestra vida. Si las paredes pudiesen hablar probablemente contarían miles de historias de los que han pasado por aquí antes que nosotros, miles de vidas. Milesde sentimientos compartidos.
Es algo demasiado grande para expresarlo con palabras. ¿Cómo reunir tantísimos recuerdos en unas líneas? Imposible. Recuerdos como cuando de pequeños jugábamosen el patio de tierra, las distintas modas de recreo (¿Quién podría olvidar los tazos, los gogos, las canicas…?), los míticos partidos de balón prisionero, las peleas en las colas para verquién iba el primero; más adelante la grata sorpresa de la llegada de nuestros nuevos compañeros de las Carmelitas, la ilusión de quitarnos el babi al llegar a la ESO, los famosos bailes deeducación física, esas Miniolimpiadas que tanto nos gustaban, además de todas las excursiones, como la esperada Warner de 4º, el inolvidable viaje a Italia del año pasado, que todos recordaremoscomo una de las mejores épocas; y por supuesto, el pregón de la Niña María que nos permitió ser protagonistas delante de todo el colegio durante unos días y nos unió como grupo…
Desde luegoque ha habido malos momentos, ¿y dónde no?, pero tengo la seguridad de algo, y es de que dentro de muchos años, si volvemos a encontrarnos no recordaremos más que lo bueno, los momentos...
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