huehuye
Siempre que hablamos de violencia escolar pensamos en las actitudes agresivas de los estudiantes hacia sus compañeros o hacia los profesores. Sin embargo también existencasos de crueldad de estos últimos hacia sus pupilos. Son episodios que, pese a no estar generalizados, enrarecen sobremanera el desarrollo de la vida en los centros. En ningún caso es justificableeste tipo de violencia, pero es más grave cuando tiene su origen en una persona adulta, plenamente responsable de sus actos, preparada (al menos en teoría) para hacer frente a las presiones psicológicasinherentes a su profesión y que debe erigirse en ejemplo a seguir por los jóvenes que están a su cargo.
Esta cuestión vuelve al primer plano de la actualidad tras el caso registrado en Navarra,donde los alumnos de dos centros han dejado de ir a clase debido al trato vejatorio que les depara un profesor. Los problemas empezaron en el mes de noviembre, momento en que los padres ya mostraron sudesencuentro con la actitud del docente, profesor de Euskera en ambos centros. Los malos tratos psicológicos se tornaron físicos cuando, siempre según la versión de los alumnos (niños de entre 3 y 12años), el profesor empujó a uno de ellos contra un pupitre.
El proceso a seguir
Cuando se presenta un caso de violencia por parte del profesor, el proceso a seguir para solucionar la situaciónse inicia con la preceptiva denuncia ante las autoridades del centro de estudios, tras la cual éste abre, si procede, un expediente sobre el caso. Esto se hace tras un proceso en el que se cotejanlas impresiones de todas las partes implicadas y se delibera sobre el peso que tienen los hechos. Si finalmente se abre el expediente, este documento se envía al Servicio de Inspección, que a su vez...
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