Huellas En Vida

HUELLAS EN VIDA
Dicen, popularmente, que el nacimiento es el “comienzo de una vida”, el surgimiento de preguntas, de ideas, el querer saber qué ocurrirá. ¿Pero alguna vez nos hemos planteado el “quépasó”? ¿Qué pasó con esas muñecas de cabello largo? ¿Qué pasó con los amigos del colegio? ¿Qué pasó con los amores de juventud? Probablemente las primeras preguntas diremos que son cosas queobviamente quedan en el pasado. Claro, ¿quién se pondría a pensar en el futuro cuando recién comenzamos a vivir a plenitud nuestra adolescencia? El problema, es que en este apogeo dejamos de lado a aquellosque tienen arrugas en la piel, quienes se vuelven mañosos y gruñones con la edad, de quien te vio nacer y te ha visto crecer junto a tus progenitores. Aquellos jóvenes que trajeron al mundo a tuspadres. Conocidos como viejos eternos, los ancianos, la señora pesada de la micro que pide el asiento, la persona que tiene un determinado aroma y que después lo reconoces en todas partes. En este caso,centrémonos específicamente en una abuela, la madre de tu padre o de tu madre. Si bien puede que no la conozcas o sea una persona que estimes inmensamente pero que no te das cuenta hasta que algo pasa.No te encuentras a su lado cuando quisiera un abrazo, aunque ella sí cuando necesitas tú el agua de hierbas al estar enfermo.
Ahora ya se sabe que la abuela es indispensable. Si bien lo es porque esla persona que se encarga de ti o la que cuenta sus historias diciendo “Cuando yo tenía tu edad…” mientras tú piensas cómo sería conocer a los dinosaurios de joven. Esa persona que se casó siendo aúnuna niña en una época en la que las quinceañeras debían tener hijos, atender al marido (que no siempre resultaba el príncipe azul), hacerse cargo de los deberes del hogar. Quien viviendo en el campocuidaba a sus animales y le hablaba a las flores tratándolas como una más de la familia. Ella sufría maltratos y abusos por el marido bebedor que gustaba de apuestas y otras mujeres. Esa mujer que...