Informe "Centesimus Annus"
Páginas: 61 (15172 palabras)
Publicado: 21 de octubre de 2012
2) INFORME
"CENTESIMUS ANNUS"
CARTA ENCÍCLICA
DEL PAPA JUAN PABLO II
En el centenario de la
"RERUM NOVARUM"
1991
EL AÑO 1989
Una ayuda importante e incluso decisiva la ha dado la Iglesia, con su compromiso en favor de la defensa y promoción de los derechos del hombre. En esta afirmación se ha identificado con frecuencia la gran mayoría del pueblo, lo cual ha llevado a buscar formasde lucha y soluciones políticas más respetuosas para con la dignidad de la persona humana. Es ésta una responsabilidad no sólo de los ciudadanos de aquellos Países, sino también de todos los cristianos y de los hombres de buena voluntad. Son las muchedumbres de los trabajadores las que desautorizan la ideología que pretenden ser su voz; son ellas las que encuentran y como si descubrieran de nuevoexpresiones y principios de la doctrina social de la Iglesia, partiendo de la experiencia, vivida y difícil, del trabajo y de la opresión. El punto central de toda cultura lo ocupa la actitud que el hombre asume ante el misterio más grande: el misterio de Dios. Cuando esta pregunta es eliminada, se corrompen la cultura y la vida moral de las Naciones. El hombre tiende hacia el bien, pero estambién capaz del mal; puede trascender su interés inmediato y, sin embargo permanece vinculado a él. Pretendiendo anticipar el juicio ya desde ahora, el hombre trata de suplantar a Dios y se opone a su paciencia. Pero, mientras tanto, la lucha entre el bien y el mal continúa incluso en el corazón del hombre. El Reino de Dios, presente en el mundo sin ser del mundo, ilumina el orden de la sociedadhumana, mientras que las energías de la gracia lo penetran y vivifican. Así se perciben mejor las exigencias de una sociedad digna del hombre; se corrigen las desviaciones y se corrobora el ánimo para obrar el bien. Tales consecuencias no se dan de forma mecánica o fatalista, sino que son más bien ocasiones que se ofrecen a la libertad humana para colaborar con el designio misericordioso de Dios queactúa en la historia. El Movimiento obrero desemboca en un movimiento más general de los trabajadores y de los hombres de buena voluntad, orientado a la liberación de la persona humana y a la consolidación de sus derechos; hoy día está presente en muchos Países y, lejos de contraponerse a la Iglesia Católica, la mira con interés. Efectivamente, la paz y la prosperidad son bienes que pertenecen a todoel género humano, de manera que no es posible gozar de ellos correcta y duraderamente si son obtenidos y mantenidos en perjuicio de otros pueblos y Naciones, violando sus derechos o excluyéndolos de las fuentes del bienestar.
Los pobres exigen el derecho de participar y gozar de los bienes materiales y de hacer fructificar su capacidad de trabajo, creando así un mundo más justo y más prósperopara todos.
En fin, el desarrollo no debe ser entendido de manera exclusivamente económica, sino bajo una dimensión humano integral. El punto culminante del desarrollo conlleva el ejercicio del derecho - deber de buscar a Dios, conocer y vivir tal conocimiento. Hay que invertir los términos de ese principio y reconocer íntegramente los derechos de la conciencia humana, vinculada solamente a laverdad natural y revelada. En el reconocimiento de estos derechos consiste el fundamento primario de todo ordenamiento político auténticamente libre. A este derecho va unido, para su ejercicio y su profundización, el derecho a descubrir y acoger libremente a Jesucristo, que es el verdadero bien del hombre.
CAPÍTULO IV
LA PROPIEDAD PRIVADA Y EL DESTINO UNIVERSAL DE LOS BIENES
Asimismo, laIglesia enseña que la propiedad de los bienes no es un derecho absoluto, ya que en su naturaleza de derecho humano lleva inscrita la propia limitación.
A la vez que proclamaba con fuerza el derecho a la propiedad privada, en contra del socialismo de su tiempo. Asimismo, la Iglesia enseña que la propiedad de los bienes no es un derecho absoluto, ya que en su naturaleza de derecho humano lleva...
"CENTESIMUS ANNUS"
CARTA ENCÍCLICA
DEL PAPA JUAN PABLO II
En el centenario de la
"RERUM NOVARUM"
1991
EL AÑO 1989
Una ayuda importante e incluso decisiva la ha dado la Iglesia, con su compromiso en favor de la defensa y promoción de los derechos del hombre. En esta afirmación se ha identificado con frecuencia la gran mayoría del pueblo, lo cual ha llevado a buscar formasde lucha y soluciones políticas más respetuosas para con la dignidad de la persona humana. Es ésta una responsabilidad no sólo de los ciudadanos de aquellos Países, sino también de todos los cristianos y de los hombres de buena voluntad. Son las muchedumbres de los trabajadores las que desautorizan la ideología que pretenden ser su voz; son ellas las que encuentran y como si descubrieran de nuevoexpresiones y principios de la doctrina social de la Iglesia, partiendo de la experiencia, vivida y difícil, del trabajo y de la opresión. El punto central de toda cultura lo ocupa la actitud que el hombre asume ante el misterio más grande: el misterio de Dios. Cuando esta pregunta es eliminada, se corrompen la cultura y la vida moral de las Naciones. El hombre tiende hacia el bien, pero estambién capaz del mal; puede trascender su interés inmediato y, sin embargo permanece vinculado a él. Pretendiendo anticipar el juicio ya desde ahora, el hombre trata de suplantar a Dios y se opone a su paciencia. Pero, mientras tanto, la lucha entre el bien y el mal continúa incluso en el corazón del hombre. El Reino de Dios, presente en el mundo sin ser del mundo, ilumina el orden de la sociedadhumana, mientras que las energías de la gracia lo penetran y vivifican. Así se perciben mejor las exigencias de una sociedad digna del hombre; se corrigen las desviaciones y se corrobora el ánimo para obrar el bien. Tales consecuencias no se dan de forma mecánica o fatalista, sino que son más bien ocasiones que se ofrecen a la libertad humana para colaborar con el designio misericordioso de Dios queactúa en la historia. El Movimiento obrero desemboca en un movimiento más general de los trabajadores y de los hombres de buena voluntad, orientado a la liberación de la persona humana y a la consolidación de sus derechos; hoy día está presente en muchos Países y, lejos de contraponerse a la Iglesia Católica, la mira con interés. Efectivamente, la paz y la prosperidad son bienes que pertenecen a todoel género humano, de manera que no es posible gozar de ellos correcta y duraderamente si son obtenidos y mantenidos en perjuicio de otros pueblos y Naciones, violando sus derechos o excluyéndolos de las fuentes del bienestar.
Los pobres exigen el derecho de participar y gozar de los bienes materiales y de hacer fructificar su capacidad de trabajo, creando así un mundo más justo y más prósperopara todos.
En fin, el desarrollo no debe ser entendido de manera exclusivamente económica, sino bajo una dimensión humano integral. El punto culminante del desarrollo conlleva el ejercicio del derecho - deber de buscar a Dios, conocer y vivir tal conocimiento. Hay que invertir los términos de ese principio y reconocer íntegramente los derechos de la conciencia humana, vinculada solamente a laverdad natural y revelada. En el reconocimiento de estos derechos consiste el fundamento primario de todo ordenamiento político auténticamente libre. A este derecho va unido, para su ejercicio y su profundización, el derecho a descubrir y acoger libremente a Jesucristo, que es el verdadero bien del hombre.
CAPÍTULO IV
LA PROPIEDAD PRIVADA Y EL DESTINO UNIVERSAL DE LOS BIENES
Asimismo, laIglesia enseña que la propiedad de los bienes no es un derecho absoluto, ya que en su naturaleza de derecho humano lleva inscrita la propia limitación.
A la vez que proclamaba con fuerza el derecho a la propiedad privada, en contra del socialismo de su tiempo. Asimismo, la Iglesia enseña que la propiedad de los bienes no es un derecho absoluto, ya que en su naturaleza de derecho humano lleva...
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