Iniciación a la abogacía

Capítulo I- Introducción a la vida judicial
Cuando por primera vez pasas las puertas del Palacio de Justicia, un nuevo mundo se abre ante nosotros: el de los litigantes y gente de justicia.
Sin embargo todos guardamos en el corazón, un ideal de justicia, como “VOLUNTAD CONSTANTE DE DAR A CADA QUIEN LO SUYO”; los hombres siempre han soñado con un orden de cosas en el que, como lo pedíaRobespierre, “EL CIUDADANO ESTE SOMETIDO AL MAGISTRADO, EL MAGISTRADO AL PUEBLO Y EL PUEBLO A LA JUSTICIA”.
Juzgar es, por lo demás, la obra más difícil del espíritu humano. “Como nuestros pobres ancestros de los bosques y las cavernas, estamos encerrados en nuestros sentidos, que nos limitan el universo. Creemos que nuestros ojos nos lo descubren cuando es solo el reflejo de nosotros mismos el que nosdevuelven”.
“¿ Por qué ilusión fatal, se preguntaba d’Aguesseau, un espíritu nacido para la verdad y que la busca de buena Fe, encuentra la mentira? Solo la verdad puede gustarle y con frecuencia le gusta lo falso.
D’Aguesseau exigía del magistrado excepcionales virtudes, una especie de santidad: “Instruíos, Ministros de la Justicia, les decía en el lenguaje solemne de las MERCURIALES.Montesquieu le pedía llevar toda su vida el peso de una aplicación sin desmayo.
Era el tiempo en que el juez representaba al propio soberano; portaba sus vestiduras: esclavina escarlata forrada de armiño.
Taine define la justicia como: Facultad de conocer, es decir, de comprender, de ver la cuestión en su integridad, de conocer la resistencia, de admitir la parte valida de las razones opuestas.
“Notemería yo gran cosa las malas leyes, decía Bergeret, con tal de que fuesen aplicadas por buenos jueces.”
“¡Dichoso el magistrado, decía también d’Aguesseau, que ha recibido del cielo el raro presente de tan necesaria atención!”
“Siempre que juzgo, escribía Plinio el Joven, concedo a la defensa cuanto tiempo pide, convencido de que el juez debe a su relgion, ante todo, ser paciente, pues lapaciencia es gran parte de la justicia.”
Loysel se quejaba de los magistrados que “nos interrumpen y regañan a cada paso” “interrupciones enfadosas e incomodas que cansan mucho al abogado y no honran al Presidente”
Grandeza y servidumbre judiciales, dijo Anatole Monzie; estas expresiones adquieren su significado en las épocas revueltas: “Admiro a los jueces que juzgan, extrañándome de que se atrevan ahacerlo. Lo hacen mejor que pueden con una honradez a la vez medrosa sostenible. Pero se les exige demasiado; se abusa de su conciencia, puesto que incesantemente deben proporcionar al poder público una excusa o una coartada... Hombres de paja y leyes de paja... Abusamos de la magistradura, tanto como de la virtud.”
GENTE DEL REY Y DE JUSTICIA
No hay enfermedad espiritual más punzante, decíaEtienne Pasquier, que la de quienes litigan en su nombre.
En nuestra antigua legislación, el Rey escogía en la Orden de los Abogados a aquellos que “la ciencia, el amor del trabajo, la más austera probidad, la reputación mas solida”, llamaban su atención; les encomendaba los asuntos contenciosos de su dominio y les confería el titulo de “procuradores”y de “abogados del rey” por oposición a los demásabogados que eran designados como “abogados generales”. Los abogados del Rey podían consultar y litigar en todas las causas en que el Rey estaba interesado.
EL ABOGADO
Boucher d’Argis acertadamente recordaba que “el más bello privilegio del abogado estriba en ser apto para desempeñar cualquier puesto en la judicatura; los mas celebres magistrados salieron de las filas de la abogacía.
Lafunción del abogado sigue siendo, como en tiempos de La Bruyere, penosa y agotante y supone en quien la ejerce un fondo generoso y grandes reservas; el abogado debe conocer primero lo que se propone explicar y consagrarse después a expresarlo con claridad, permanecer fiel en la explicación de los hechos y ponerlos al alcance de todas las inteligencias.
INICIACION A LA ABOGACIA:
Quien quiere lograr...