jaime bateman cayo
Vivió con lacertidumbre de que nunca iban a capturarlo por la cadena de afectos que rodearon su ser. El talismán de su madre y sus hermanos, la solidaridad de sus amigos, los amores que lo inmortalizaron. Varias veces lo dieron por muerto en combate y hasta llegaron a la casa de su madre a dar la noticia. Ella, con su sabiduría enigmática, siempre replicó: “No le ha pasado nada. Se equivocaron de muerto”.
A los ochoaños, cuando regresaba del colegio, lo atropelló una camioneta. Fractura abierta en la tibia de la pierna derecha fue el diagnóstico. Por un errado procedimiento médico casi la pierde. Esa herida, que le costó apremios en el monte o tratamientos eternos en la Unión Soviética, llegó a ser un rasgo inequívoco de su identidad, pero caló profundo en su carácter porque debido a ella leyó más que nunca.Los discursos de Gaitán, su intervención en el Congreso para recriminar a la Nación y al Ejército por la masacre del 6 de diciembre de 1928 en la zona bananera, su voz que fue la del pueblo y fue silenciada el triste 9 de abril de 1948. El personaje central mientras curaba su herida, que siempre fue la señal para cualquier militar, que ante la más leve sospecha intentó descubrirlo por sucicatriz legendaria.
Como la mayoría de jóvenes de su época en Santa Marta, pasó por el Liceo Celedón, pero lo echaron. Por los mítines en los que empezó a participar y por haber corrido a un profesor en calzoncillos que le había puesto cero en un examen por hacer copia. Radicado en Bogotá, pronto encontró el lugar de su destino: la Juventud Comunista.
Su ascenso fue tan rápido que Manuel Cepeda,entonces directivo del Partido Comunista, constató que era el hombre adecuado para acompañar al cura Camilo Torres. Alguna vez lo hizo al popular sector de San Victorino y en medio del alboroto sucedió algo inesperado. Camilo Torres terminó encerrado en un local y él dándose trompadas con los policías. Algunos días de convalecencia y de nuevo al agite.
Fue comunista a secas y guerrillero de las Farc,pero siempre creyó que el marxismo sólo tenía vigencia si se adecuaba a la cultura colombiana, y mucho más a la caribeña. Por eso fue irreverente y, por ejemplo, a la hora de cambiar de rumbo, ideó publicar avisos en la prensa que confundieron la aparición del M-19 con un vermífugo de moda. Orlando Fals Borda, padre de la sociología en Colombia, lo dijo: Bateman humanizó la guerra. Sólo fuecomparable a los generales costeños del siglo XIX que llegaban borrachos a los combates y perdonaban a sus prisioneros.
Todo el que lo conoció se sorprendió por su carácter. Fidel Castro, que se preciaba de conocerlos a todos, llegó a decir que pocos líderes revolucionarios lo habían impactado tanto como Bateman. En alguna ocasión hablaron toda una tarde mientras nadaban como viejos amigos en PlayaGirón. El presidente de Panamá, Omar Torrijos, lo escuchó parlar una noche entera y salió diciendo que Colombia tenía una oportunidad excepcional con Jaime Bateman.
En las reuniones más insólitas aparecía como un fantasma. Un día Gabriel García Márquez andaba por Bogotá buscando hacer una crónica sobre la última semana del cura Camilo Torres antes de partir a la selva y terminó con Bateman. “Yo a...
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