Jamina

JAMINA

Al sur de Cantunga, capital de Guaikiry, uno de los más hermosos archipiélagos meridionales bordeados por las aguas azules del mar del norte, y en una de las más pintorescas garocebas, nacieron cuatro hermosas criaturas de piel canela, cabellos rizos y ojos expresivos de color violeta contratante con el intenso azul de mar reflejado por el impacto de los rayos solares delmedio día. Nacieron en secuencia matemática. Varón y hembra, hombre y mujer.
La segunda era la hembra y la cuarta la mujer. La hembra nació con la señal, con las características esperada para ser usada por todos; por los hombres para sus placeres mundanos (incluyendo a su padre, sus tios, su abuelo y el tercero de sus hermanos). Tenía el cabello largo, nunca se reía ni se quejaba ni aúnante el más intenso dolor. Parecía de piedra. Era la perfecta hembra, según la tradición de los Guaikirynos, para la procreación, para el placer salvaje, para el sexo gratuíto irreprochable, gratificante después de la jornada de la caza del día. Según el brujo de la comunidad, la hembra nacía por voluntad directa de Runkuntún, su dios del placer y la caza. A mayor presa, mayor celebración. La máscelebrada era la que se hacía alrededor del fuego, por varias lunas y entre el humo del chaipién, la droga aromámitica que exhacerbaba los ánimos de los cantugeros salvajes. Cada muchas lunas y muchos soles nacían 11 hembras. La número 11 no era de nadie y era para todos. Siempre se llamaba JAMINA; la que todo lo daba a cambio de nada, la que respondia y nunca preguntaba, la que nunca llorabani se reía, la que todos usaban y no usaba a nadie. No habían leyes. Ella era su propia ley. Pero no la podía expresar, porque era JAMINA; la elegida de Runkuntún, la que sólo daba y sólo recibía; que nunca pedía y le estaba prohibido hablar.
Después de 5 lunas y 6 soles de intensas celebraciones de caza, Jamina se rindió. Se le agotaron las energías mientras los hombres cazadores,cual jauría de perros salvajes y hambrientos, continuaban aún en su estado de inconciencia deborando el placer que no recibían, y como depredadores anaconderos una y otra vez, marcaban y herían el bronceado cuerpo de Jamina ante la mirada atónita de su progenitora quien con una especie de orgullo inexplicable hacía una mueca de sonrisa desquisiada de sastifacción.
Jamina, sumergida ensu inconciencia abrió sus ojos despertada por el toque a flor de piel de una hermosa mariposa imperial, de alas multicolores y tamaño imponente. Una y otra vez, la mariposa volaba sobre su cabeza en forma circular y luego se retira en forma horizontal hacia el oeste. Donde se ponía el sol. Donde todo se acababa para luego comenzar siempre con el mismo rito sexual, el pan de cada dia de lasJaminas. Una hormiga, molesta con Jamina por estar obstruyendo la entrada a su nido, decide morderla en la espalda una y otra vez, pero Jamina no se movía, por lo que la hormiga buscó refuerzos y vinieron cientos de hormigas guerreras y comenzaron a defender su guarida, mordiendo a Jamina hasta en las nalgas y obligándola a levantarse de prisa e irse corriendo en la misma dirección de la mariposaimperial que le había tocado su hermosa piel canela. Nadie la siguó pues según el consejo del brujo, cuando la Jamina caía inconciente y luego se levantada y corría, nadie podía seguirla porque según le había revelado el dios Runkuntún, al ella correr renovaba sus fuerzas y al regresar , corría velozmente entre los hombres y agarraba a uno de ellos y lo arrastraba hasta el trónco del manpusún ó arbolde las fantasías eróticas, convirtiéndolo así en uno de los hombres más envidiables de Guaykiry, no sólo por haber sido arrastrado por una Jamina, sinó también por pasar a ser miembro del Consejo de Jefes de Guaykiry en forma vitalicia.
Pero pasó algo insólito; Jamina no regresó a arrastrar a ningún hombre. Un loro que volaba de rama en rama en un árbol de corazones, gritaba con...