Januká
Páginas: 7 (1569 palabras)
Publicado: 9 de diciembre de 2013
Es la historia de varios mártires de una misma familia:
La viuda y sus siete hijos
Antíoco Epifanes ordenó a una viuda, cuyo nombre no conocemos, a que ella y sus siete hijos fueran llevados a su presencia para hacerlos comer carne prohibida.
Al oponerse todos, comenzaron por azotarlos. El mayor de todos le dijo al rey queestaban dispuestos a morir y a no transgredir la ley de su Dios.
Esto enfureció a Antíoco, quien ordenó que les torturaran muy duramente. Y luego de sufrir estos horribles tormentos, fuera quemado delante de su madre y sus hermanos.
El maligno rey pensó que con este horror los demás hermanos escarmentarían y obedecerían. Pero fue todo lo contrario.
(Puedes mencionar solo algunas palabras de lo quelos siete hijos dijeron al rey Antioco, y acentuar la valentía de cada uno, que por cumplir la Ley del Eterno no debemos temer a nada ni a nadie, y que si tenemos miedo, suplicarle al SEÑOR Todopoderoso que nos ayude.)
Cuando el segundo fue sometido a las mismas torturas, antes de morir dijo a Antíoco:
2 Mac 7
9. En el momento de entregar el último suspiro dijo: «Asesino, nos quitas lapresente vida, pero el Rey del mundo nos resucitará.Nos dará una vida eterna a nosotros que morimos por sus leyes.»
Luego vino el tercero:
10. Después de esto, castigaron al tercero. Presentó la lengua tan pronto como se lo mandaron, y extendió sus manos con intrepidez,
11. Tuvo además el valor de declarar: «De Dios he recibido estos miembros, pero por amor a sus leyes los desprecio, y de Diosespero recobrarlos.»
12. El propio rey y su corte se conmovieron por el valor de ese joven que despreciaba sus sufrimientos.
El cuarto:
13. Una vez muerto éste, sometieron al cuarto a las mismas torturas.
14. A punto de expirar, se expresó así: «Más vale morir a manos de los hombres y aguardar las promesas de Dios que nos resucitará; tú, en cambio, no tendrás parte en la resurrección para lavida.»
El quinto:
15. Trajeron en seguida al quinto y lo torturaron.
16. Pero él, fijando los ojos en el rey, le decía: «Aunque mortal, tienes la autoridad sobre los hombres y haces lo que quieres. Sin embargo, no pienses que nuestra raza esté abandonada por Dios.
17. Espera un poco y verás su gran poder, cuando te atormente a ti y tus descendientes.»
El sexto:
18. Después de éste trajeronal sexto, quien dijo a punto de morir: «No te equivoques. En verdad, es por causa de nosotros mismos que sufrimos todo esto, porque pecamos contra nuestro propio Dios; por eso nos han pasado cosas asombrosas.
19. Pero tú no te imagines que vas a quedar impune después de haber hecho la guerra a Dios.»
La madre:
20. Por encima de todo se debe admirar y recordar a la madre de ellos, que vio morira sus siete hijos en el espacio de un día. Lo soportó, sin embargo, e incluso con alegría, por la esperanza que ponía en el Señor. Llena de nobles sentimientos,
21. Animaba a cada uno de ellos en el idioma de sus padres. Estimulando con ardor varonil sus reflexiones de mujer, les decía:
22. «No me explico cómo nacieron de mí; no fui yo la que les dio el aliento y la vida; no fui yo la que lesordenó los elementos de su cuerpo.
23. Por eso, el Creador del mundo, que formó al hombre en el comienzo y dispuso las propiedades de cada naturaleza, les devolverá en su misericordia el aliento y la vida, ya que ustedes los desprecian ahora por amor a sus leyes.»
El último hermano:
24. Antíoco pensó que se burlaba de él y sospechó que eran palabras injuriosas. Mientras el menor seguía convida, no sólo trató de ganarlo con palabras, sino que con juramentos le prometía hacerlo rico y feliz, con tal de que abandonara las tradiciones de sus padres; lo haría su amigo y le confiaría altos cargos.
25. Pero, como el joven no le hacía ningún caso, el rey mandó llamar a la madre y la invitó a que aconsejara a su hijo para salvar su vida.
26. Después de pedírselo dos veces el rey, ella...
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