jejejeje
“Yo tenía una confianza ciega en mi equipo médico y, aunque sabía que los efectos secundarios iban a ser brutales, también sabía que si salía de estatendría menos posibilidades de recaída. Era indispensable para avanzar en esta enfermedad”. Se trataba de cambiar uno de los fármacos administrados en la última sesión de quimioterapia, la más fuerte, auna inyección intravenosa, que podría resultar más efectiva. “Cuando estás metida en esta enfermedad, ves la agresividad de los tratamientos e intentas que eso cambie, que si te vuelve a pasar se hayaevolucionado y sea menos duro. Lo que yo he pasado, ya lo he pasado. Pero quería ayudar al resto de pacientes con cáncer”
Lucía fue la primera participante en este ensayo, que se realizó en elHospital 12 de Octubre. La inyección no se había probado aún en humanos, y los médicos querían conocer cuál era la dosis adecuada. “Se pasaron en la dosis y los efectos fueron tremendos. Se me quemó todoel esófago, estuve vomitando sangre... Era como si me hubiera desgarrado por dentro. Tenía atrofia muscular. Aún ahora estoy empezando a estirar los brazos, seis años después”
Los médicos lehabían informado de los riesgos, como siempre ocurre en estos casos, pero ella matiza “ni los médicos conocen el resultado ni saben lo que va a ocurrir. Nunca esperaban tantas secuelas”. Ella habla claro...
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