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Despúes de que mi segundo amo, tirome como un perro a la calle, tuve que aprender a buscarme un amo para poder subsistir.
Una noche que convencióme mi hambre no mi cerebelo anduve variashoras por las calles en busca de limosna pero no me dio resultado debido a las habladurías que chismoseo mi ex-amo sobre los panes robados. A las tantas de la noche buscando lugar dondedormir encontréme con una buena moza en las gradas de la iglesia, era alta...no más que yo, pero más hermosa que yo, observéle la figura bajo la luz de la luna y buen bonachona que estese,echele ojo. Todas las noches que acostabame en las gradas de la Iglesia esperaba a que saliese. Mirábame con asco y recelo.
Cada día intentábale hablar con más hermoso lenguaje pero noresultó más que un simple método para quitármela de encima. Así sepa vuestra merced que con poca edad ya empecé a espabilar, y vínome un gran revuelto en el estómago, que no se describir, apartir de aquel entonces me enamoré.
Una buena noche ella se me acercó,
-dijóme: y vos ¿quién sois?
-respondíle: Lázaro de Tormes, nacido en la orilla del rio Tormes, de aquí misobrenombre.
-díjome: yo me llamo Dora del griego: regalo de Dios....
buen muchacho ¿desde cuán dormis aquí?
-respondíle: desde que observé una muchacha tan linda.
Ella sonrojóse, invitóme aentrar a la iglesia y yo le acepté. Cuando entré, acercóse una mujer muy mayor a nosotros, habló con mi acompañante y respectivamente acercóse a mí, observóme de arriba a abajo, y sacómede la oreja rápidamente y echóme a la calle, y me dijo: pecado comete el diablo enamorandose de una monja, largo de aquí y no vuelvas más, ya que si vuelves el diablo te llevará alinfierno por las patas.
Así sepa vuetra merced que me enamoré de una joven monja que fue un amor no correspondido, del cual nunca supe más ni quisiera saber, con temor a las amenazas de la monja.