José Asunción Silva, De Sobremesa

JOSÉ ASUNCIÓN SILVA, DE SOBREMESA
(Un bocado de intertextualidad)
Esta novela, reescrita por Silva en 1895, después de que la primera versión se perdiera en el naufragio del barco Amérique que traía al escritor de vuelta de Caracas donde había ejercido un cargo diplomático, ofrece toda una gama de posibilidades de recepción. Tienen acceso a ella tanto un lector literal pasando por elmedianamente avisado y por aquel que se interesa en asuntos clínicos, hasta el lector iniciado. El primero encontrará, en sucesión de aparente continuidad, una trama de corte romántico. El desenlace toma la alternativa de tijereta o dos vertientes que le permiten al lector casual decidirse por la opción que está en consonancia con la tradición de este género. Otro lector que se resuelva por la activaparticipación lectora atenderá a la superación del asunto. El lector iniciado tendrá en sus manos un texto rico en intertextualidades. Y aquel interesado en asuntos clínicos de pronto tendrá mucha tela qué cortar en materia de histeria masculina.
El lector desprevenido, amante del goce prosaico que promete la ficción, se encontrará con una novela que le muestra un conjunto de episodios o cuadrosplenos de un París legendario donde refulgen las fuentes del arte y del conocimiento y en el que convergen las élites ávidas del vértigo que ofrece una ciudad cosmopolita.
En ese mundo y desde su condición privilegiada, José Fernández, narrador y protagonista, se verá atrapado por un amor que el destino le arrebata de sus manos, lo cual lo aboca a relacionar sus vicisitudes espirituales en undiario que, posteriormente, leería a sus íntimos amigos durante ese espacio de reposo que se llama sobremesa.
Aquel mosaico de vivencias tendrá cohesión a partir de Helena, una creatura etérea, cuya aparición física será una y definitiva para el protagonista, dandy, intelectual y poeta, proclive a las obsesiones, que tiene la capacidad de desplegar toda suerte de estrategias para buscarla, y entoncesemprende una actividad alucinada que lo lleva por encrucijadas de caminos no siempre congruentes con el objetivo el cual, en todo caso, tendrá una forma de realización cercana al premio de consolación.
Caracteriza al personaje un bagaje intelectual que quiere abarcarlo todo, las ciencias, las lenguas, el arte, de raigambre fundamentalmente europea, que le permite asimilarse a la cultura ydesempeñarse con solvencia. Esa formación contribuye también a nutrir su ego de aristócrata trasplantado de una tierra que el personaje pocas veces menciona. El nombre del país o su capital, que pareciera ser Guaimis, además de inventado, tiene una condición menor de paraje tropical. Por boca de Fernández no se pronunciará este nombre al lado de otros como Londres, Paris o Ginebra. El mismo río de sutierra, que se precipita desde las alturas de la altiplanicie y se puede asociar al Salto del Tequendama, queda eclipsado y anónimo ante la referencia de las cataratas del Niágara.
La tierra de José Fernández, quien además atiende a múltiples intereses, aparece como aspiración para explotarla, tanto en el plano de sus recursos naturales como de sus gentes, con el fin de multiplicar la fortuna yacceder poder:
“Desde Nueva York iré por temporadas a Panamá a dirigir en persona las pescaderías de perlas, que darán al explotar los bancos desconocidos hasta hoy, maravillas como las que produjeron cuando Pedrarias Dávila remitió a los reyes de España la que remata la corona real” (Silva 1984 p 208) ; “… proceder a la americana del sur y tras de una guerra en que sucumban unos cuantos milesde indios infelices, hay que asaltar el poder, espada en mano y fundar una tiranía” (Ibid p 209)
Vale mencionar, con relación a los dos fragmentos citados, cómo en el primero aparece uno de los varios rasgos que le imprimen al personaje esa pretensión europeizante y, en consecuencia, cierto desdén por el mundo criollo, actitud que solía caracterizar a las clases altas de la época.
El segundo...