julio verne libro

Páginas: 49 (12238 palabras) Publicado: 17 de febrero de 2015
Maese Zacarías
Julio Verne

Capítulo

I

Una noche de invierno
La ciudad de Ginebra está situada en la punta occidental del lago al que ha dado o
debe su nombre. El Ródano, que la cruza a su salida del lago, la divide en dos barrios
distintos, y se divide a su vez, en el centro de la ciudad, por una isla que se alza entre sus
dos orillas. Esta disposición topográfica se reproduce confrecuencia en los grandes centros
comerciales o industriales. Sin duda, los primeros habitantes quedaron seducidos por las
facilidades de transporte que les ofrecían los brazos rápidos de los ríos, "esos caminos que
andan solos", según la frase de Pascual. Con el Ródano, son caminos que corren.
En la época en que todavía no se alzaban sobre esa isla, anclada como una goleta
holandesa en mediodel río, construcciones nuevas y regulares, la maravillosa agrupación
de casas montadas unas sobre otras ofrecía a los ojos una confusión llena de encantos. La
escasa extensión de la isla había obligado a varias de esas construcciones a encaramarse
sobre estacas, colocadas en desorden en las rudas corrientes del Ródano. Esos gruesos
maderos, ennegrecidos por el tiempo, carcomidos por lasaguas, se parecían a las patas de
un cangrejo inmenso y producían un efecto fantástico. Algunas redes amarillentas,
auténticas telas de araña tendidas en el seno de aquella construcción secular, se agitaban a

la sombra como si fueran el follaje de aquellos viejos bosques de robles, y el río,
abismándose en medio de aquel bosque de estacas, espumeaba con lúgubres mugidos.
Una de las viviendas dela isla sorprendía por su carácter de extraña vetustez. Era la
casa del viejo relojero maese Zacarías, de su hija Gérande, de Aubert Thun, su aprendiz, y
de su vieja sirvienta Escolástica.
¡Qué hombre tan extraordinario era Zacarías! ¡Su edad parecía indescifrable! Ninguno
de los más viejos de Ginebra habría podido decir hacía cuánto tiempo su cabeza enjuta y
puntiaguda se bamboleaba sobresus hombros, ni qué día se le vio caminar por primera vez
por las calles de la ciudad dejando flotar al viento su larga cabellera blanca. Aquel hombre
no vivía, oscilaba como la péndola de sus relojes. Su cara, flaca y cadavérica, tenía tintes
sombríos. Como los cuadros de Leonardo da Vinci, tiraba a negro.
Gérande ocupaba el cuarto más hermoso de la vieja casa, desde donde su mirada iba aposarse melancólicamente, por una estrecha ventana, sobre las cimas nivosas del Jura; pero
el dormitorio y el taller del viejo ocupaban una especie de cava, situada a ras del río y cuyo
piso se apoyaba sobre las estacas mismas. Desde tiempo inmemorial maese Zacarías sólo
salía a las horas de las comidas y cuando iba a regular los diferentes relojes de la ciudad.
Pasaba el resto del tiempo junto aun banco cubierto por numerosos instrumentos de
relojería, que en su mayor parte él mismo había inventado.
Porque era un hombre hábil. Sus obras se admiraban en toda Francia y Alemania. Los
operarios más industriosos de Ginebra reconocían en voz alta su superioridad, y constituía
un honor para aquella ciudad, que lo mostraba diciendo:
-¡A él corresponde la gloria de haber inventado la ruedacatalina!
En efecto, de esta invención, que los trabajos de Zacarías hicieron comprender más
tarde, data el nacimiento de la auténtica relojería.
Y después de trabajar tan prolongada como maravillosamente, Zacarías volvía a
colocar con lentitud las herramientas en su sitio, recubría con ligeros globos de cristal las

finas piezas que acababa de ajustar y dejaba en reposo la activa rueda desu torno; luego
levantaba una trampilla practicada en el suelo de su reducto, y allí, inclinado horas enteras
mientras el Ródano se precipitaba con estrépito bajo sus ojos, se embriagaba con sus
brumosos vapores.
Una noche de invierno, la vieja Escolástica sirvió la cena, en la que, según las
antiguas costumbres, participaba junto con el joven operario. Maese Zacarías no comió,
aunque en...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • Julio Verne
  • Julio verne
  • Julio verne
  • julio verne
  • julio verne
  • Julio Verne
  • JULIO VERNE
  • Julio verne

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS