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ufeffJueves 07 de Noviembre de 2013


Inmigración
“Y verás cómo quieren en Chile, al amigo cuando es forastero”
Los inmigrantes vuelven a ser tema en nuestro país en el marco de la marcha convocada en la región de Antofagasta para protestar contra la creciente población colombiana ¿Es Chile un país xenófobo?


Por Fabián Garay, Paula Lepe, Ricardo Madrid e Ignacio Vicente


Mediodía enPlaza de Armas, el sol pega fuerte, adormecedor. Aun así se observan multitudes de personas: adherentes a Michelle Bachelet haciendo campaña, una marcha a favor de Franco Parisi, evangélicos predicando con pasión la palabra del Señor, artistas rodeados de espectadores. Donde haya un resquicio de sombra: los inmigrantes. Es a ellos a quienes pertenece la plaza, los demás sólo están de paso.Avanzando por la calle Catedral, casi llegando a Bandera, se encuentra la galería Plaza de Armas. Este caracol de varios pisos alberga en su interior un sinfín de peluquerías y locales de comida, en su mayoría administrados por peruanos o colombianos. Toda Latinoamérica en un rincón de nuestro país, donde  probablemente no se encuentren más de diez chilenos a la vez.
En el 2002 la cifra de inmigrantessegún el Censo de ese año era de 184.164; en el 2012 el Censo señalaba 339.536. Esto indica que el número de inmigrantes residentes en Chile casi se duplicó tras la última década. Quienes llevan la delantera son los peruanos (30,52%) y los argentinos (16,79%), seguidos de los colombianos (8, 07%), los bolivianos (7,41%) y los ecuatorianos (4,82%).
Esperando su corte de pelo encontramos a José,un dominicano de piel oscura que viene de San Cristóbal, un sector de Santo Domingo, la capital. Trabaja en una constructora, colocando ventanas y “vainas en los edificios”. Afirma que llegó a Chile buscando “cobalto, dinero, plata, y mujeres también”. Unos pisos más abajo trabaja Teresa, una tímida mujer de Perú que vive hace ya dieciocho años en Chile. Vende todo tipo de comida peruana y afirmarecibir a gente de muchos lados de Latinoamérica, pues los precios son convenientes: un menú, que consta de sopa, ensalada, plato de fondo y jugo, cuesta $1500.
A pesar de que José piensa que “siempre hay discriminación”, admite que se lleva muy bien con sus compañeros de trabajo. Por su parte, Teresa opina que “los chilenos en general tratan bien, si uno trata bien, ellos devuelven la mano, entodos lados es así, así de fácil”. No piensa volver a Perú, ha formado una familia acá y ha hecho buenas amistades: “ya es más gente en Chile la que quiero que en el Perú”, afirma.
Claudia es estilista, ya se cumplieron siete meses desde su llegada a Chile, a donde llegó desde Cali, Colombia. Se vino con su esposo, mientras que sus hijos la esperan allá. En general todo le ha parecido muytranquilo, “buena onda”, reconoce que los chilenos la han tratado bien. Ella, al igual que la mayoría de los presentes en la galería, llegó a Chile por motivos laborales: “acá la economía está mucho mejor que en Colombia, entonces el cambio nos sirve mucho allá”. No tiene claro por cuánto tiempo permanecerá en el país, “mucha gente viene y está aquí cinco, seis, siete años, porque les ha ido súper bienentonces deciden traer a sus hijos y quedarse. No sé qué me pase a mí, apenas llevo siete meses, estoy apenas empezando. Si no me echan entonces no me voy”.
A pesar de la reticencia  de los inmigrantes a hablar con desconocidos, todos concuerdan en que el país les ha dado un buen pasar. Aseguran que la economía en Chile pasa por un buen momento, por lo menos mejor que en el resto de los países deLatinoamérica. Hay empleo, buena salud y la posibilidad de abrir, con mucho esfuerzo y un poco de capital, un pequeño negocio. ¿Pero dónde están los inmigrantes europeos? ¿Por qué razones dejan el primer mundo para instalarse en un país “en vías de desarrollo”? Lo seguro es que difícilmente venden papas rellenas en alguna calle de Santiago Centro .


Cruzando el Atlántico

Jose Antonio...