Kyoichi Katayama
Gracias a Saeko recordé que tenía ganas de leer este libro, y cuandoel sábado pasado fui a la biblioteca, lo busqué y no pude resistirme.
No sé cómo plantear esta reseña, porque el gran encanto de la novela es no conocer el argumento. Se intuye desde las primeraspáginas, pero no se sabe a ciencia cierta, y prefiero no desvelaros nada importante de la trama. Simplemente os diré que es una novela basada en la cotidianeidad de la vida, esos pequeños momentos queconforman nuestra vida, y que hacen que sea especial y distinta al resto. Realmente, la vida se compone de eso, de pequeños pasos y circunstancias que van uniéndose para formar nuestra existencia. Esun aspecto recurrente en la literatura japonesa por lo poco que sé de ella y lo poco que he leído, y es parte de su encanto. Puede que sea una de las cosas que hacen que no le guste esta literatura amucha gente, porque se encuentran con monotonía y cotidianeidad, cuando muchos buscan en un libro precisamente algo que rompa con la similitud de sus días. En algunos puntos, si no fuese por lo bienque está escrita, este aspecto llegaría a agobiar, ya que te describe los pasos cotidianos de nuestros protagonistas con tal minuciosidad que puede aburrir.
Saeko y Shun`ichi tienen unas vidascorrientes: él es informático y ella se dedica a reponer sus máquinas expendedoras con dedicación y mimo. Estos son nuestros protagonistas, con sus horarios fijos, su dedicación a su trabajo, su vidamedida al milímetro...
Quizá la consecución de acontecimientos sea la que haga que todo se trastoque al romper radicalmente con ese modo de pensar y de vivir. En nuestra cultura occidental los...
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