La Arquitectura De La Ciudad
Lo hizo, no pasó nada y el grupo lo olvidó enseguida. Menos Ana. Para ella, la auténtica pesadilla comenzó esamisma noche. Estaba en la cama cuando un sonido la despertó. No se trataba de un estrépito, sino de unaespecie de susurro que oia cerca de su nuca. Aterrad, selevantó y encendió la luz. Allí solo estaba ella. A pesar de eso, no pudo dormir en toda la noche.
Al día siguiente no seatrevió a contarselo anadie. Estaba muertademiedo,y en medio de la clase tuvo que salir al servicio para mojarse la cara y despejarse. Pero cuando estaba en el servicio, sintió mucho frío ( como estaban eninvierno no le dió importancia) y una capa de vaho cubría el espejo. Ana lo limpió con la mano para comprobar horrorizada que tras ella había había una chica que nohabía visto jamás con una expresión de espanto y sangre en la cabeza. Cuando se volvió ya no había nadie. Ana rió nerviosamente pensado que todo erafruto de suimaginación y del cansancio. Sin embargo, cuando volvió a mirar al espejo vio algo que la dejó helada. Al borrarse el vaho pudoleer:
” Soy Verónica. No debiste invitarmea volver”
Ana no pudo soportarlo. Hoy en día pasa sus días en un manicomio y solo habla para contarle ala gente que el fantama de Verónica la sigue atormentando.
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