La búsqueda de la felicidad
Yolanda Hackshaw
Los días se repiten como el viento que incansable siempre vuelve… En medio de esta rutina monocorde undolor nos estremece y nos despierta: es la herida necesaria que nos recuerda que el mundo puede ser diferente.
Sangran los ojos, sangra el alma, sangra lavida. Todo se vuelve confuso e inseguro. Nuestra pisada es como una huella indecisa que avanza en una dirección y se devuelve, para ensayar una nueva ruta queigual naufraga en medio de nuestro dolor y extrañamiento por lo que antes era y ahora no es. Pero llega un momento, un santo momento, que nos devuelve elentusiasmo y las ganas de vivir. Ese es el instante que se debe convertir en norte en medio de la desesperación, ese es el bálsamo para esa herida sin extensión quenos dejan las grandes pérdidas.
Los seres humanos nacimos para ser felices y por eso debemos ser insistentes ante la derrota. Seguir buscando aunque noveamos nada arriba, ni abajo, ni delante de nuestros ojos; porque de seguro, siempre hay una forma para hallarlo, llámese amor, éxito, prosperidad o poder, todopuede ser nuestro si insistimos sabia y honradamente.
Hoy debemos prometernos alcanzar la felicidad, aunque nuestros ojos estén llenos de lágrimas y creamosque la vida acaba en este punto. ¡La vida es muy corta para desperdiciarla en llantos y lamentos! ¡Ánimo, fortaleza y fe, amigos, que siempre hay tiempo paravolver a empezar! Enciende los pesados troncos de tus desdichas para que te guíen por las sendas de la esperanza de un nuevo amanecer, de una nueva ilusión.
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