La batalla de Lepanto
Antecedentes Históricos: La Liga Santa
El Turcotoma Chipre y amenaza a España La decisión del sultán de intervenir en la rebelión de los moriscos de las Alpujarras, y su clara amenaza sobre la cuenca occidental del Mediterráneo después que sus escuadras recuperaron la plaza de Túnez, presagiaban una amenaza directa por el Mediterráneo contra España desde donde los turcos pretendían conquistar otra vez a Europa. Al asegurarse tanimportante base como era Túnez, el turco pretendía sin la menor duda, la destrucción de la escuadra española. El vencedor de Túnez, fue Uluch Alí, y operaba desde Argel con una flota ligera que era el terror de las costas de España e Italia. En la primavera de ese mismo año 1570 la escuadra turca se apoderaba de la isla de Chipre, expulsaba de allí a los venecianos y la repoblaba con habitantes de la propia Turquía. Con Selím II, los otomanos construyeron una poderosa escuadra con la que estaban seguros de aniquilar a la española. Incrementaron el número de los jenízaros, hijos de esclavas cristianas en su mayoría, con los que se instituyó una verdadera nobleza militar ansiosa de dar su sangre por su señor y su fe.
Pio V consagra una Santa Liga contra El Turco
La repercusiónde la caída de Chipre en todo Occidente fue inmensa. El Papa Pío V enarboló el ideal y la bandera de la Cristiandad y convocó una Santa Liga de los príncipes cristianos a la que Felipe II se adhirió inmediatamente. Después lo hicieron las repúblicas navales de Génova y Venecia, mientras Francia, celosa supremacía española en Europa, se negó. El Papa consagró formalmente la Santa Liga en laprimavera de 1571; y como la principal fuerza en la mar era española, la jefatura suprema recayó de don Juan de Austria, a quien su hermano, Felipe II, ya le había nombrado en 1568, General de la Mar. Felipe II dejó bien claro ante los reinos y todo el mundo que para él la rebelión de los moriscos y la cruzada contra el Turco eran la misma guerra.
La Flota seConcentra y Organiza en Mesina Durante el verano de 1571, las escuadras navales de la Liga Santa se fueron concentradas en el puerto de Mesina sin que nadie, salvo don Juan de Austria, supiera su verdadero destino. Mientras los espías de Felipe II, diseminados por toda la costa enemigan, confundían a las gentes del sultán con informaciones contradictorias. En total la flota...
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