La Confiteria del Molino

Volanta: Patrimonio histórico de Buenos Aires
Título: La Confitería del Molino languidece, a la espera de su rescate
Bajada: Un proyecto de expropiación con media sanción en el Senado y otro de
la Cámara Baja, que obtuvo dictamen  en la comisión de Cultura de
Diputados, esperan ser tratados en otras comisiones de la Cámara Baja

La Confitería del Molino, edificio emblemático y uno de
losejemplos más notables de arquitectura art nouveau de la ciudad,
pareciera estar más cerca de volver a brillar.
Proyecto del arquitecto italiano Francisco Gianotti e inaugurado en 1917,
el edificio contaba con tres subsuelos donde se producía y fabricaba la
pastelería de la confitería, que funcionaba en la Planta Baja de Rivadavia
y Callao.Tanto su interior como su exterior presentaban unarica
ornamentación de una gran diversidad de materiales: desde cerámicas,
vitrales, mosaicos de colores, composiciones en mármol hasta esculturas de
bronce.

Como era de esperar, al estar frente al Congreso Nacional, la Confitería
del Molino se convirtió con los años en centro de reunión de políticos como
Marcelo T. de Alvear, Lisandro de la Torre, Alfredo Palacios, Leopoldo
Lugones, perotambién de artistas como Carlos
Gardel, Eva Perón, Niní Marshall, Tita Merello y Libertad Lamarque y de
escritores como Oliverio Girondo, Amado Nervo y Ramón Gómez de la
Serna.
En el primer piso, en tanto, estaban los salones Versalles y el Gran
Molino, por los que hasta bien entrada la década de 1990 pasaron miles de
jóvenes porteños. Las fiestas del Molino eran un clásico y muchos recuerdantodavía la elegancia del lugar y la vista espléndida que se tenía de Callao
y de la Plaza de los Dos Congresos desde el amplio balcón central.
Sin embargo, desde hacía varias décadas que la confitería estaba en declive
y terminó cerrando sus puertas a comienzos de 1997. No alcanzó con que el
magnífico edificio fuera designado Monumento Histórico Nacional ese mismo
año ni
que, en 1992, elgobierno de la Ciudad lo incorporara al Área de
Protección Histórica con el grado de protección estructural.
Desde entonces, el tiempo hace lo suyo. Así, por ejemplo, en 2005
una grúa de Bomberos debió retirar trozos de mampostería y de vitrales
de la cúpula, ante el riesgo concreto de que cayeran a la calle.
Entre las pérdidas que sufrió el edificio, hay una escultura que se
encontraba dentrode un nicho situado al fondo del balcón de la
esquina y que desapareció alrededor de 2010. Además, un poco antes, se
habían retirado de las vidrieras de la confitería una cantidad de
piezas de bronce que las decoraban. También la marquesina con sus
vitrales está en peligro. La malla de protección que se le colocó
impidió que las teselas de vidrio cayeran sobre los transeúntes. Pero
segúnexpertos en la materia esa fue una solución de compromiso que no
solucionó el problema de fondo.
“La destrucción de El Molino es cuestión de tiempo. Todo edificio
cerrado y sin uso es una posibilidad concreta para el avance del
deterioro. Desagües tapados y vidrios rotos suelen ser una
consecuencia directa de esta situación. Detrás llegan las filtraciones
y el agua, más temprano que tarde, haceestragos”, explicó el
arquitecto Marcelo Magadan, especialista en patrimonio arquitectónico.
Ahora, tras 13 años de abandono y deterioro, dos proyectos en el
Congreso Nacional –del
senador nacional por la ciudad Samuel Cabanchik, de Proyecto Buenos Aires
Federal (ProBAfe) y del diputado nacional por la ciudad Roy Cortina, del
Frente
Amplio Popular (FAP) – intentan recuperarlo eincorporarlo a la órbita
del parlamento.
El proyecto de Cabanchik, aprobado en el Senado el 29 de noviembre
pasado, con la unanimidad de los presentes, declara al inmueble de la
Confitería del Molino de utilidad pública y sujeto a expropiación por
su valor histórico y cultural, autoriza al Poder Ejecutivo Nacional a
adquirirlo a un precio establecido por el Tribunal de Tasaciones de la
Nación y...