La dificultad de la búsqueda de la paz

La dificultad de la búsqueda de la paz
Introducción
El 21 de noviembre de 1980, Estanislao Zuleta recibía el doctorado honoris causa en psicología que le otorgaba la Universidad del Valle por sus méritos académicos e intelectuales. Allí pronunció El elogio de la dificultad, un ensayo que, en término general, pone de presente la facilidad con la que nos dedicamos a imaginar nuestro pasotransitorio por la vida. Es por esto que pareciera agotar allí todos los temas posibles en unas cuantas páginas. Ese discurso que, en un comienzo, me fue de fácil acceso ha sido la principal referencia desde el momento en que inicié la búsqueda de un destello que dilucide la complejidad de entender y de escribir sobre el tema que atraviesa como regla cruel la historia de Colombia, y que ahora mismoavanza con marcha cínica, demostrándonos que aún no ha bastado y que no bastará: la guerra, ese medio aparente, infame e inútil de solucionar diferencias.
Sin embargo, al mencionar la guerra también hablo de los medios no violentos y sanos que pueden con ella acabar, esas herramientas con las cuales es posible iniciar y continuar por el difícil camino que conduce al abandono de opinionesgeneralizadas, como aquella que expresa que de un lado están los buenos y del otro los malos, a quienes se deben acabar a toda costa para poner fin a todos los males, pues eliminando la causa llegará por fin la paz que nos fue negada por tanto tiempo; y como otra idea que insinúa que una paz duradera se logrará mediante un decreto firmado por las partes sentadas en una mesa de diálogo. De la dificultad de labúsqueda de la paz y de algunos medios no violentos en el intento de conseguirla tratará este escrito.
¿Somos una sociedad madura para la paz?
Una de las cuatro dificultades que identifico en el actual proceso de paz tiene que ver con el clima social que se presentaría en el eventual caso de llegar a un acuerdo el gobierno y la guerrilla de cesar la violencia, pues en dicho caso, después dehaberse firmado un acuerdo y luego de encontrarse las formas jurídicas constitucionales que legitimen dicha actuación, la coyuntura del tema exigiría que cada uno de los colombianos que se sienten comprometidos en el cese de esta guerra, deban desarrollar una labor de compromiso y de construcción, pues la paz no se obtiene por decreto, ni la realidad se transforma con una ley que así lo ordene, apesar de ser este el tema de mayor conveniencia para el país. Para fortuna de la sociedad estas situaciones facilistas nunca se darán. Por el contrario, aquella sería una oportunidad en la que se podría demostrar la acción provocada por ideales de paz. En este caso, el derecho sería una herramienta que contribuye al cambio social, pero no es la única ni tampoco es la más efectiva, pues los modossociales califican las formas jurídicas que los regulan, guardando reserva frente aquellas órdenes que, aunque con loables fines, se elaboran al margen de la sociedad que pretenden dirigir. Es por esto que en este aspecto prevalece el modo social.Pero aparte de esta herramienta, existen dos más que considero eficaces y que están al servicio del cuestionamiento de la mentalidad colectiva, esa mentalidadque ha marchado a paso lento desde los inicios de la descalificación del otro a través de métodos violentos, estas son la educación1 y la democracia2.
La educación, pues involucra una pedagogía de la paz, que abarca el entorno de quien la aprehende y que incita a pensar cuál o cuáles son las ventajas de vivir en un país sin violencia; o si, por el contrario, la rutina de la guerra nos haacostumbrado de tal forma que ya no podemos vivir sino en medio de ella. Es un trabajo que requiere tiempo, pues los resultados del educando no son viables de examinar en el corto plazo, por el contrario es indispensable la dedicación individual,y el acompañamiento institucional y social. Será ese tejido educativo el que se atreva a cuestionar las opiniones cimentadas que han ganado terreno en estos...