La Fe Pactica En La Divina Providencia

La Fe Práctica en la Divina Providencia

La fe práctica en la Divina Providencia constituye un eje central de la espiritualidad de Schoenstatt. Se puede decir, con toda seguridad, que Schoenstatt es hijo de la fe práctica en la Divina Providencia, que fue esta actitud fundamental la que guió durante toda su vida a nuestro fundador, el P. José Kentenich. La fe práctica en la Divina Providenciaconstituye uno de los aportes más valiosos y novedosos que Dios ha querido regalar a la Iglesia de nuestro tiempo a través del P. Kentenich.

En la espiritualidad cristiana, durante siglos predominó la acentuación de la huida del mundo en un intento de trascender y desprenderse de las ataduras a lo material para poder encontrarse con Dios, lo único importante y definitivo.

1. El problema denuestro tiempo:
La manera tradicional de vivir la fe sufre hoy una honda crisis. Una vida de fe educida a costumbres religiosas o a la observancia de ciertos ritos o devociones, una de de ideas o de simples normas éticas (lo que se puede o no hacer) no resiste la prueba del tiempo actual. La vida nos golpea demasiado fuerte como para que ese estilo de fe sea capaz de mantenerse en pie en mediodel cúmulo de problemas, de cuestionamientos e incertidumbres de nuestro tiempo. Hoy vivimos una época donde el hombre es el centro de todo, alabamos y adoramos sus grandezas, éxitos y logros y poco a poco vamos olvidando a Dios relegándolo a un lugar secundario.
Vivimos de puras ideas y normas éticas.

Se ha esfumado la presencia y la acción de Dios en la vida concreta para el hombre actual¿Podemos decir con convicción que Dios guía nuestras vidas? ¿Qué él es el Señor de nuestras vidas, familias, nuestro trabajo etc?. Pareciera que a Dios se le han escapado de las manos las riendas del carro de la historia; que son más bien otros los señores que conducen el mundo; que estamos a merced de los poderes económicos y políticos, o de la violencia de las armas; que somos manejados por lapropaganda y por tantos otros factores que, abiertamente, determinan nuestro acontecer.

¿Dónde está Dios en medio de esto? Y si Dios existe, ¿cómo permite que sucedan tantas cosas incomprensibles para nosotros? Ante todo esto ¿qué sentido tiene nuestra vida, en manos de quien está nuestra seguridad económica, el futuro de nuestros hijos? ¿Hacia dónde se dirige el mundo? ¿Es la suerte, o un poderirracional, el que rige nuestro destino? La realidad familiar se muestra cada día más frágil ¿Cuántos creen hoy en la estabilidad del matrimonio y en la fidelidad del amor? Y si contemplamos la confusión ideológica reinante, ¿Quién es capaz de orientarnos con certeza, quién nos dice la verdad?

Para muchos, ya la Iglesia no es esa roca inconmovible a la cual podíamos recurrir para buscar unaorientación clara y segura. Dudamos de todo: todo nos parece relativo. No es de extrañar. Entonces, que el hombre actual padezca de una inmensa inseguridad y angustia. Nos cuesta enormemente vivir la fe y descubrir la presencia de un Dios de amor en nuestra vida concreta. Nos superan los problemas; nos dejamos aplastar por las circunstancias; nos coge el nerviosismo y el strees; nos volvemosescépticos; nos rebelamos, o recurrimos a la crítica agria y destructiva, al odio y la violencia.

Y es en ese mundo donde tenemos que encontrar a Dios, aprender a escucharlo y responderle. Pero, ¡qué difícil resulta hacerlo! Y cuando no lo logramos, recurrimos a todo tipo de evasiones. Nuestra naturaleza, que no nació para vivir en la angustia y la tensión, busca salir de esta situación. Nos evadimosen el bullicio, en el anonimato de la masa, en la televisión, en el sexo, en el trabajo, el alcohol o las drogas; nos desahogamos en la agresividad, en el ansia de poder y de tener, en la búsqueda de placeres y de nuevas sensaciones.

Existe una dicotomía entre fe y vida, entre ser creyente y vivir como no creyente o como pagano. A pesar de creer, nuestra fe no posee la fuerza suficiente...