La importancia de llamarse Becca

-¿Por qué estás tan apurado? –Pregunté, agachándome para recoger un lápiz.
-Debería estar en otra parte. –Murmuró, sin hacer contacto visual mientras nuestros dedos se rozaron al entregarle el lápiz
-¿Dónde? –Pregunté otra vez, siendo algo entrometida. Luke finalmente miró hacia arriba y sus ojos se encontraron con los míos. Parpadeo un par de veces antes de hablar.
-En el cine. –Tomó sumochila y la acodó sobre uno de sus hombros.
-Qué ¿Tienes una cita o algo? –Reí suavemente, preguntándome que habrá en el cine que lo tiene tan apurado.
-No, trabajo ahí –soltó una pequeña sonrisa. Creo que fue la primera vez en la vida que lo vi sonreír. No fue una gran sonrisa, no mostró sus dientes, pero fue linda. Muy diferente a la expresión vacía que siempre tiene.
-Oh. –Asentí. Seguí a lukea la puerta principal, ya casi estaba afuera.
-Adiós, stel. Te veo la próxima semana. –Dijo rápidamente antes de cerrar la puerta en frente de mí. Una vez que se fue me apoyé contra la puerta y reviví en mi mente todo lo que sucedió en la tarde.
No había nadie en casa, Eric había salido con sus amigos y mamá estaba de compras. Sólo vivíamos los tres en el departamento. Mi padre no vivía connosotros, se mudó a Boston hace algunos años después de que él y mamá se divorciaron. Las cosas no iban bien entre ellos. No me importaba mucho, era mejor de esa manera. Es mucho más relajante ahora que Eric y yo no escuchamos las peleas de nuestros padres cada noche.
Una vez que me di cuenta de que no estaba haciendo nada productivo al estar aquí parada, decidí bajar y buscar a Michael. Él era laúnica persona con la que hablaba fuera de la escuela, más aún cuando vivimos tan cerca el uno del otro. No era que no habláramos con otras personas. Digo, éramos muy buenos amigos, considerando que pasábamos mucho tiempo juntos dentro y fuera de la escuela. Nunca le pusimos una “clasificación” a nuestra amistad. Además, ambos nos hicimos amigos hace un par de años atrás, cuando dejamos desentirnos extraños con el hecho de que los dos vivíamos en el mismo complejo de apartamentos.
Llegué a la puerta del apartamento que Michael compartía con su madre y golpeé antes de entrar. Casi siempre dejaban la puerta abierta cuando había alguien en casa por razones que sinceramente no conocía.
-¿Michael? –Llamé. Parecía no haber nadie, pero sabía que estaba ahí dentro, de otra manera no habríadejado la puerta abierta.
-¡Estoy acá! –La voz de Michael vino del final del pasillo. Caminé a través del pequeño living, pasando por las pilas y pilas de trastos sucios amontonadas sobre el sofá y la pequeña mesa de café. Seguí la voz de Michael hasta que llegué al baño, en donde estaba sentado en una esquina de la bañera con un tubo de tinte para el cabello en la mano.
-¿Qué estás haciendo?–Pregunté, aunque la respuesta era algo obvia. Michael tenía una obsesión con teñir su cabello. Ha pasado de su rubio natural a negro, luego morado hasta un rubio decolorado y un azul. Quién sabe que será ahora. Nombra un color, probablemente Michael ya lo ha tenido en el cabello. He intentado decirle que terminará calvo si se sigue tiñendo, pero nunca escucha.
-Rosa. Es el mes de la conciencia delcáncer de mama. –Michael respondió rápidamente, aplicando el tinte en su cabello que solía ser azul.
-Creía que ya lo habías tenido rosa. –Dije entregándole una toalla para que limpiara las gotas de tinte que caían por el costado de su cabeza.
-Lo tuve, pero por accidente. –Soltó una risa- ¿estás segura de que no quieres teñir tu cabello? Tienes un color muy aburrido.
-Me gusta mi cabello,muchas gracias. –Me defendí. Pensaba que mi color castaño claro era lindo. Parecía ser uno de esos colores algo falsos, pero el mío no lo era.
-Eh. –Gruñó Michael, sacudiendo la botella una vez más.
-Además, no quiero arriesgarme a tener el pelo verde. –Mordí mi labio, apoyándome en un mueble.
-Fue sólo una vez. Como sea, ¿Qué sucede? –Preguntó, poniendo lo último del tinte en su cabeza....